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La pregunta es: ¿Qué debe hacer una gran compañía petrolera en medio de una crisis climática que solo puede frenarse si se dejan las energías fósiles a un lado? 

Opción A: usar su poder económico para reconvertirse usando la tecnología disponible para liderar un verdadero cambio en la sociedad. En definitiva, ser parte de la solución. 

Opción B: invertir varios millones de dólares en una estrategia de comunicación para lavar su cara, mostrándose comprometidos con el cuidado del planeta y el desarrollo de energías limpias, pero sin cambiar nada de fondo. 

Imagen del aviso publicitario de Equinor lanzado cuando la petrolera cambió su nombre

La respuesta no sorprenderá: la mayoría de las grandes compañías petroleras se inclinan por el Greenwashing. Es decir que prefieren usar el márketing para posicionarse como ecológicas y sustentables cuando, en la realidad, sus acciones van en contra del ambiente

El caso de la petrolera noruega Equinor, la misma que quiere llevar adelante la exploración sísmica en la Cuenca Argentina Norte, es un claro ejemplo de esto. Te contamos por qué.

De Statoil a Equinor, cambiar el nombre para no cambiar nada

Parece sacado de un manual de greenwashing: en 2018, “Statoil” quita el “oil” (petróleo) de su nombre y se rebautiza como “Equinor” (equidad/equilibrio+ noruega). La nueva identidad se anunció junto con una renovada misión ligada a la generación de energías “limpias”

Esta decisión costó 32,5 millones de dólares, como se detalla en nuestro reporte “Un villano climático amenaza los océanos”. Junto con el cambio de nombre, Equinor reforzó su supuesto compromiso con la sustentabilidad declarando: “En línea con el Acuerdo de París, hemos ampliado nuestras ambiciones. En 2050, Equinor aspira a ser una empresa con cero emisiones netas, incluyendo las emisiones derivadas del uso de la energía que suministramos.

2017. Activistas de Greenpeace interrumpen el discurso de una representante de Statoil en la Cumbre de Energía del Ártico en Helsinki. La compañía petrolera estatal noruega estaba perforando en busca de petróleo en el Ártico mientras sus representantes hablaban de un futuro bajo en carbono como si fueran limpios y responsables.

Desde entonces hasta la fecha las acciones hablan por sí mismas, desmintiendo las promesas que solo quedaron en palabras. Porque pese a sus afirmaciones de desarrollarse como una “amplia empresa energética”, entre 2010 y 2018 Equinor habría dedicado solo el 2% de su gasto de capital a fuentes de energía de bajo carbono, como la eólica y la solar.

Después de quejas al ente regulador de avisos publicitarios de Reino Unido, Equinor tuvo que retirar afiches que declaraban que la producción de combustibles fósiles como el gas eran una fuente de energía baja en carbón..
El sponsoreo es otra de las tácticas para limpiar la imagen
Equinor desea instalar la idea de que ciertas fuentes de energías como el gas puede ser “limpias”

Incluso, como se especifica en el mismo informe, hacia fines de 2020, la empresa sólo contaba con tan sólo el 0,75 GW de capacidad instalada en Energías Renovables en todas sus operaciones a nivel mundial. Y sus planes expresos son expandir a apenas 4% para el 2026. 

En definitiva, hasta ahora no ha mostrado voluntad de reducir sus emisiones y se mantiene al margen de las propuestas impulsadas en el Acuerdo de París de 2016.

A pesar de lo burdo de su táctica, lo cierto es que usando su nombre ambiguo y ostentando su procedencia del primer mundo como si fuera garantía de algo, Equinor apareció en 2019 en Argentina para conseguir permisos de exploración en la plataforma marina doméstica por 1 millón de kilómetros cuadrados. Y lo logró.

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Antecedentes de la empresa: cuando el pasado condena

 

Si bien como empresa deja bastante que desear (ejerce presiones a gobiernos, manipula precios, etc.) es importante no perder de vista que la herencia más nefasta es la contaminación que deriva de su accionar: 9 incidentes al año, según el promedio. Las pruebas de esto se encuentran nuestro reporte también y se basan en los Informe de Sustentabilidad de la misma Equinor. 

Por citar un ejemplo, en  2020 hubo 12 derrames graves y 120 derrames accidentales en todas sus operaciones en 2021 y en 2019 derramó 8.9 millones de litros, un accidente mayor que ocurrió en su planta en South Riding Point en Bahamas.

Como explica Patricio Eleisegui en su nota para Revista Sudestada: “Organizaciones como ClientEarth exponen al detalle varias características de la operatoria de Equinor:  En noviembre de 2019, el periódico noruego Dagens Næringsliv divulgó que “los líderes de Equinor están acusados ​​de violaciones en varias instalaciones, en campos petrolíferos alrededor de toda la plataforma continental noruega y en tierra”.

Por su parte, otro diario local, el Norway Today señaló que, en distintos informes internos, Equinor reconoce que lleva décadas generando emisiones nocivas en esa zona con salida al Mar del Norte.

Entonces, no es de extrañar que donde sea que la petrolera inicie operaciones, los reclamos de los activistas se multiplican

Equinor busca expandir sus operaciones en el Mar Argentino, zona donde planea realizar exploración sísmica e instalar una futura explotación petrolera que se ubica sobre el Frente del Talud continental. Esta zona fue identificada en el año 2014 por la cartera de Ambiente de Nación como candidata a área marina protegida, por su relevancia para los ecosistemas marinos y para la conservación de la biodiversidad del Mar Argentino.

En Argentina desde hace unas semanas vivimos marchas y contramarchas en la pelea para lograr que Equinor no logre iniciar sus exploraciones en el Mar Argentino. La lucha aún no termina y victorias como la que tuvo lugar en el Ártico en la que la presión popular logró posponer la explotación petrolera del yacimiento Wisting, en el mar de Barents debe servirnos para no bajar los brazos

Ellos quieren sacar hasta la última gota de petróleo. Nosotros no los dejaremos.