La cuarta sesión del Comité Internacional de Negociación por el Tratado Global de Plásticos (INC4 por sus siglas en inglés) que se realizó en Ottawa, Canadá, la semana pasada terminó en una decepción. Al momento de la decisión pesaron más los intereses de las corporaciones que de las personas y el ambiente.
Al respecto, Graham Forbes, Encargado de la Delegación de Greenpeace y Jefe de la Campaña de Plásticos de nuestra oficina en Estados Unidos quien asistió al evento, dijo: “Las personas están siendo dañadas por la producción de plástico todos los días, pero los estados están escuchando más de cerca a los lobbies petroquímicos que a los científicos de la salud”.
Y continuó explicando: “Mientras el mundo está en llamas, los estados miembros están desperdiciando un tiempo y oportunidad únicos. Aunque vimos ciertos avances, éstos se hicieron sobre el resultado que ignora los recortes en la producción de plástico, alejándonos aún más de alcanzar un tratado que la ciencia requiere y la justicia exige”.
En este sentido fue categórico: “Cualquier niño puede ver que no podemos resolver la crisis del plástico a menos que dejemos de producir tanto plástico. El mundo entero está observando, y si los países, especialmente los de la llamada “Coalición de Alta Ambición”, no actúan entre ahora y la INC5 en Busan, el tratado que probablemente obtendrán será uno que podría haber sido escrito por ExxonMobil y sus seguidores”.
El problema del plástico en datos
Los niveles de producción de plástico han explotado desde la década de 1950 y continúan aumentando. En tanto, la industria y los principales contaminadores (grandes marcas, compañías de combustibles fósiles y petroquímicas) se encargan de promover soluciones parciales que les permiten seguir con el negocio como de costumbre. Es decir, obteniendo ganancias y contaminando mientras continúan negando su responsabilidad.
El resultado es un mundo con un grave problema de contaminación por plástico en cursos de agua y ecosistemas que termina en animales y personas, poniéndolos en peligro.
Como describe la periodista Laura Rocha en su newsletter Eco – Lógico:
Dos de cada tres envases plásticos que se generan se transforman en residuos.
La producción de plástico podría representar el 19% de las emisiones de gases de efecto invernadero que generan el cambio climático.
Los costos sociales y ambientales estimados por los expertos ascienden a 1500 millones de dólares al año.
Sólo con acciones que recaigan en la ciudadanía (reciclar, organizar jornadas de limpieza) o buscando soluciones milagrosas (bioplásticos o bacterias que degradan el material) no alcanza.
Como bien apunta Graham Forbes: “Nos dirigimos hacia el desastre y con el tiempo agotándose, necesitamos un Tratado Global sobre Plásticos que reduzca la producción de plástico y ponga fin al plástico de un solo uso. No hay tiempo que perder en enfoques que no resolverán el problema.”