«Hay que tratar el hielo con respeto, de lo contrario se rompe.  Lo mismo pasa con la naturaleza» es la frase de Terje Isungset, compositor y director de un grupo musical noruego que esta semana realizó una hazaña insólita en el Ártico: el concierto más helado del mundo con instrumentos de hielo.

¿Cómo fue posible?

Un grupo de músicos y un escultor se embarcaron en el barco de Greenpeace Arctic Sunrise que ahora mismo se encuentra en Svalbard, en el Ártico como parte de la expedición de casi 1 año desde el Ártico hasta la Antártida (de Polo a Polo) para exigir a los gobiernos del mundo la creación de un Tratado Global para proteger los océanos internacionales.

Isungset, de 55 años, es noruego tiene más de 20 años de experiencia con la “música fría” y ya lanzó siete álbumes. Lo acompañan Maria Dahlin (26 años, sueca, en percusión de hielo), Åshild Brunvoll (21 años, noruego, con el violonchelo clásico), Andreas Hatzikiriakidis, (21 años, noruego, en cuernos de hielo). Por otro lado, Bill Covitz (49, estadounidense) fue el artista tallador de hielo y creador de los instrumentos.

Instrumentos de hielo natural

Junto a la tripulación recorrieron las aguas congeladas el área del glaciar en Dahlbrebukta y con la ayuda de gomones e instrumental adecuado recolectaron cuidadosamente (cumpliendo con estrictas regulaciones ambientales de Svalbard) bloques de hielo que se habían desprendido naturalmente del glaciar y que estaban sueltos en el mar.

Una vez en el barco comenzaron a tallar los bloques para que se transformaran en instrumentos musicales y en esculturas de animales de hielo. Hicieron pruebas de sonido y se aseguraron de tener mucho cuidado para luego poder transportarlos al lugar del concierto.

El concierto más frío

En medio de la nieve helada operadores de Greenpeace pusieron micrófonos en los instrumentos para poder grabar el sonido del concierto. Y una vez que estuvo todo listo, y con 12 grados bajo cero de temperatura,  comenzaron a tocar la canción “Memorias del Océano” (Ocean Memories) compuesta por Isungset. La actuación se grabó en vivo en el lugar y luego se llevó a un estudio de música donde se mezcló y se masterizó. Una vez terminado el concierto los instrumentos de hielo fueron devueltos a donde vinieron: el océano. 

Cambio climático y nuestros océanos

El Ártico marcó este invierno un nuevo récord de pérdida de hielo y el pasado mes de abril la temperatura media fue de ocho grados por encima del promedio a estas alturas del año.

Tal vez un concierto helado es una de las maneras con las cuales podemos llamar la atención sobre el cambio climático que ya está amenazando el entorno natural en el Ártico afectando a los océanos. Dejamos que el hielo y los artistas den un mensaje, que hicieran sonar al Ártico.

Este concierto coincide con las negociaciones de los gobiernos con Naciones Unidas para intentar alcanzar un Tratado Global de los Océanos que podría allanar el camino para la creación de una red de santuarios marinos.

La expedición De Polo a Polo lleva a bordo a científicos y activistas para investigar las principales amenazas que acechan las aguas de alta mar: el cambio climático, la sobrepesca, la contaminacióń por plásticos, la minería y las prospecciones en busca de petróleo.

En esta primera etapa, los barcos ‘Esperanza’ y ‘Arctic Sunrise’ de Greenpeace se están desplazando al extremo norte del planeta y este concierto es parte de la travesía.

 

 

 

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