Hace casi 30 años hubo un hecho que marcó a nuestra organización para siempre. Te contamos de qué se trató el hundimiento de este barco insignia y cómo continuó la lucha ambiental en la que participaba.
¿Cómo se hundió el Rainbow Warrior? La secuencia de una tragedia
El 10 de julio de 1985 el gobierno francés hundió la emblemática embarcación de nuestra organización, el Rainbow Warrior, usando explosivos submarinos.
El barco estaba anclado en Auckland, Nueva Zelanda, desde donde zarparía para ir a enfrentar y denunciar las pruebas nucleares que Francia realizaba en el Atolón de Moruroa.
A sabiendas de este plan y en un esfuerzo por sabotear la protesta, el servicio secreto del país galo lanzó dos bombas a ambos lados del Rainbow.
La primera dio en la cubierta, dejando un gran agujero. Por lo cual, enseguida se procedió a la evacuación de la tripulación que estaba a bordo.
Tras este primer ataque, algunos integrantes volvieron para constatar los daños ocasionados. Entre ellos se encontraba el fotógrafo Fernando Pereira, quien había vuelto para buscar su equipo profesional.
Fue entonces que la segunda bomba impactó y provocó el hundimiento del barco. Fueron 4 minutos los que tardó en desaparecer bajo el agua. Pereira no pudo escapar y murió ahogado. Era padre de dos niños y recién había cumplido 35 años.
Al conocerse los hechos, el gobierno francés declaró no estar involucrado pero esta versión no se logró sostener. Muy pronto, el Primer Ministro admitió que la orden de concretar la operación había salido del mismo gobierno.
Las consecuencias del bombardeo
Un hecho de tal magnitud despertó gran indignación en la opinión pública, como era lógico que ocurriera. Por añadidura, Greenpeace sumó más apoyo desde Nueva Zelanda, y de todo el mundo en general.
Incluso, para honrar la memoria de Fernando Pereira, fueron muchas las personas que se unieron con determinación a las manifestaciones y tantas otras las que sumaron su apoyo a Greenpeace a través de donaciones. Así, nuestra organización pudo enviar un barco más grande, el Greenpeace, a liderar la protesta.
En definitiva, el gobierno francés no logró su cometido que era detener las protestas que pedían detener lo que sucedía en el Atolón de Moruroa.
Un par de años después, en 1987, una corte internacional ordenó a Francia pagar a Greenpeace 8.1 millones de dólares estadounidenses en compensación por los daños causados de manera deliberada al bombardear el Rainbow Warrior.
En cuanto a los responsables del ataque, a la mayoría se les perdió el rastro. Sólo dos agentes fueron llevados a juicio. Dominique Prieur y Alain Mafart fueron sentenciados a 10 y 7 años de prisión en la base militar francesa en Polinesia. Sin embargo, a los dos años fueron liberados.
¿Dónde está hoy el Rainbow Warrior?
Después del bombardeo, la embarcación se colocó en el lecho marino cerca de la Bahía Matauri, al norte de Nueva Zelanda. A lo largo de los años, se convirtió en un paraíso para la vida marina y un lugar muy frecuentado por los buceadores.
Greenpeace reemplazó al Rainbow con una nueva embarcación que lleva el mismo nombre (y que se compró usando el dinero que el gobierno francés tuvo que pagar como compensación.) Durante 22 años, continuó la tradición de su predecesor navegando los mares del mundo en defensa de la naturaleza.
El tercer Rainbow Warrior continúa esta dinastía desde el año 2011 y aún está en actividad al día de hoy.
Fuente: Greenpeace UK