La lucha de Greenpeace México contra los combustibles fósiles no es nueva ni surgió a partir de la llegada al Poder Ejecutivo de Andrés Manuel López Obrador; la defensa en México de las energías renovable reúne para Greenpeace un esfuerzo de casi tres décadas, durante las cuales se han atravesado al menos seis sexenios de exigencia ciudadana a favor del medio ambiente. 

Desde campañas, incidencia en políticas públicas y hasta acciones directas, Greenpeace ha hecho todo lo posible porque el país deje de depender de los combustibles fósiles para la generación de energía, ya que son altamente contaminantes. Hemos recorrido este largo camino sin importar el partido político en turno que ostente el poder gubernamental. Te contamos:

Carlos Salinas de Gortari y el Greenfreeze (1994)

Cuando Greenpeace llegó a México, en 1993, incorporó entre sus líneas de trabajo la visión de que un país podía generar energía sin necesidad de enviar tantas emisiones contaminantes al ambiente, una conversación que se estaba llevando a cabo en todo el mundo. 

Por ello, el año siguiente, último del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, Greenpeace presentó en la Ciudad de México el “Greenfreeze”, un refrigerador verde que funcionaba con gases que no afectan a la capa de ozono y que fue diseñado por un grupo científico de Greenpeace en 1993. 

Gracias a la presión ciudadana, en este sexenio se creó el Programa Nacional de Modernización Energética, con propuestas para garantizar la eficiencia energética y proteger el medio ambiente. Este programa también exponía la necesidad de que el país redujera  su dependencia a los hidrocarburos.

"Greenfreeze" / Mr. Penzis
© Greenpeace / Manfred Scharnberg

Ernesto Zedillo Ponce de León y la “Ruta del Petróleo” (1994-1999)

En el sexenio de Zedillo se creó un Programa de Desarrollo y Reestructuración del Sector de la Energía, que buscaba fortalecer la eficiencia operativa de Pemex para apoyar el crecimiento y la creación de empleos. 

Por ello, en 1996, Greenpeace organizó una expedición por los estados de Veracruz, Tabasco y Campeche para documentar los impactos ambientales de la actividad petrolera en zonas donde Pemex había perforado alrededor de 2 mil 500 pozos desde los años 70. La travesía se llamó la “Ruta del Petróleo” y con ella se encontró que la empresa petrolera era antiecológica, atentaba contra las comunidades originarias y violaba acuerdos internacionales. A raíz de las denuncias que hizo Greenpeace contra la paraestatal, en 1998 Pemex anunció el desmantelamiento de sus plataformas abandonadas frente a las costas de Tabasco. 

© Greenpeace / Tomás Bravo García

Vicente Fox Quezada y la planta nuclear “Laguna verde” (2000- 2006)

Greenpeace presionó con campañas e incidencia política para que el entonces presidente Fox Quezada se comprometiera a crear leyes que obligaran a los gobiernos estatales y las industrias contaminantes a optar por energías renovables. No obstante, como documentó y denunció Greenpeace, el gobierno de Fox Quezada promovió la energía nuclear y, aunque firmó compromisos internacionales, nunca creó un marco regulatorio que permitiera el desarrollo de energías renovables y con beneficio para las comunidades. 

Pese a ello hubo algunos logros para la ciudadanía. En este sexenio, la Comisión Federal de Electricidad se comprometió a realizar una auditoría independiente en la planta nuclear de Laguna Verde, en Veracruz, ante las denuncias que hizo Greenpeace desde 2005 de irregularidades y fugas de radioactividad en la planta.

© Greenpeace / María Vázquez

Felipe Calderón Hinojosa y el adiós a los focos incandescentes (2006-2012)  

Greenpeace exigió al presidente Calderdón crear una ley nacional con presupuestos para disminuir la dependencia de los hidrocarburos mediante la promoción de las energías renovables y la eficiencia energética. También denunció que los pronunciamientos contra el calentamiento global formulados en los espacios internacionales no eran congruentes con las políticas nacionales de entonces, las cuales buscaban acrecentar el uso del carbón, explorar el petróleo y el gas en aguas profundas y apostar a la energía nuclear.

Como parte de los logros de Greenpeace con esta exigencia, en 2011 en México arrancó el programa de sustitución de focos incandescentes por lámparas ahorradoras y se aprobó la iniciativa de ley que prohíbe los focos incandescentes de manera gradual. A partir de diciembre de 2011 no se permitió más la venta de focos de 100 watts; en diciembre de 2012 no se comercializaron focos de 75 watts, y a partir de diciembre de 2013 se retiraron del mercado los focos de 40 a 60 watts.

Calderón consiguió impulsar una reforma energética durante su sexenio, sin embargo, ésta no benefició directamente a las poblaciones con mayor pobreza energética en el país ni a las comunidades, sino que fue una oportunidad para que empresas como Iberdrola, acusada por Greenpeace España de desprestigiar las energías renovables para favorecer sus intereses económicos, hicieran contratos millonarios con el gobierno español.  

Enrique Peña Nieto y la nueva reforma energética (2012-2018)

Desde su llegada a la presidencia de México, Peña Nieto planteó una nueva reforma energética como parte de sus llamadas “reformas estructurales” que promovía la fracturación hidráulica y la energía nuclear.  Frente a ello, una docena de activistas  de Greenpeace protestó en Palacio Nacional con una pancarta amarilla gigante que decía “EPN (Enrique Peña Nieto): tu reforma energética destruye México”. 

Además, durante la estadía del barco Rainbow Warrior en Veracruz, en 2014, activistas de Greenpeace desplegaron una manta en un edificio de Pemex para exigir a EPN que invirtiera en energías renovables. Tras esta protesta los activistas de Greenpeace fueron detenidos poco más de 24 horas.

Conforme avanzó la iniciativa de reforma energética en el Congreso, Greenpeace se involucró más y de distintas formas en el proceso para emitir opiniones técnicas y legislativas con el fin promover las energías renovables, se integró a la Alianza Mexicana contra el Fracking y exhibió la enorme cantidad de dinero que Pemex gastaba para explorar en aguas profundas.

Durante el último año de gobierno de Peña Nieto, Greenpeace señaló mediante comunicados de prensa y acciones públicas que, pese a las advertencias del daño al medio ambiente y la salud humana, la Secretaría de Energía había aprobado planes que incluían fracking para llevar a cabo los años siguientes.

TIME Magazine Cover Action in Mexico. © Ivan Castaneira
Greenpeace © Ivan Castaneira

Andrés Manuel López Obrador y la Ley de la Industria Eléctrica (2019- 2024)

Como lo venía haciendo desde las administraciones pasadas, tras la llegada de López Obrador al poder Greenpeace continuó vigilante de la política energética del país. Por ello, frente a la propuesta del Presidente de rescatar a Pemex, construir nuevas refinerías y termoeléctricas, y apostar económicamente por la energía fósil, Greenpeace advirtió que México ya no cuenta con reservas suficientes, accesibles y de calidad que permitan sostener un modelo energético basado en el petróleo.

En medio de este camino, este 2021 se obtuvo, gracias a dos amparos interpuestos por Greenpeace, una suspensión definitiva contra la aplicación de las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica que propuso López Obrador y con las cuales buscaba priorizar obras asociadas a centrales eléctricas, todas de ciclo combinado, del Plan de Fortalecimiento de la Industria Eléctrica, elaborado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Esta suspensión sienta un precedente muy importante para la defensa de causas colectivas de derechos humanos. 

Además de exigencias, Greenpeace ha presentado investigaciones y propuestas que demuestran que mientras los combustibles fósiles no representan una oportunidad sostenible para México, las energías renovables tienen un gran potencial para producir energía a más bajo costo y mucho menos contaminante.  ¡No más combustibles fósiles!

Como lo ha hecho hasta ahora, Greenpeace se mantendrá vigilante sexenio tras sexenio de que todos los gobiernos, sin importar el partido político que representen, mantengan propuestas energéticas que tengan en el centro el derecho de todas las personas a vivir en un ambiente sano. 

¡Únete para exigir menos combustibles fósiles! Firma:

¡No más combustibles fósiles!

Que no se prioricen combustibles fósiles altamente contaminantes como el combustóleo, el carbón y el gas natural para producir la energía que necesitamos, sobre fuentes renovables que son más baratas y ayudan a combatir el cambio climático.

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