Las empresas conocen el importante papel que juegan en la epidemia plástica y la responsabilidad que deben asumir al respecto: dejar de producir plásticos y desarrollar tecnología para generar materiales menos contaminantes.

Sin embargo, insisten en que reciclar es lo mejor que pueden hacer para acabar con la contaminación plástica. ¿Por qué nos quieren convencer de ello?

Tiradero de basura © Nandakumar S. Haridas / Greenpeace

Tiradero de basura

Dinero. Las corporaciones ganan millones de pesos por los residuos que reciclan. En 2018, el Foro Económico Mundial y la Fundación Ellen MacArthur afirmaron en el reporte La nueva economía de los plásticos que las empresas podrían recuperar entre 80 mil y 120 mil millones de dólares al reciclar, en lugar de desechar, los plásticos que producen.

Bajo el argumento de que así contribuyen a cuidar al medioambiente, las corporaciones iniciaron campañas masivas a favor de reciclar y decidieron hacer de su responsabilidad un negocio.

Por ejemplo, el corporativo Coca-Cola Femsa lanzó en octubre de 2018 su estrategia “Mundo sin residuos”, cuya meta es recolectar y reciclar en 2030 el equivalente a 100% de sus envases vendidos y que, en promedio, 50% de éstos se produzcan con materiales reciclados.

Este corporativo tiene dos plantas de reciclaje PET, una de ellas (la más grande del mundo en esta rama) en el Estado de México, con una capacidad de reciclado de 4 mil 100 millones de botellas al año, cifra equivalente apenas al 3.72% de todas las botellas (110 mil millones) que produce al año.

Marcha contra el plástico en Bogotá © Juan Diego Cano / Greenpeace

Marcha contra el plástico en Bogotá

¿Y el resto de las botellas de plástico que Coca Cola no recicla? Va a nuestros mares. En México hay entre 0.01 a 0.25 millones de toneladas métricas de plástico por km2 en el océanos. ¿Cuál es el problema? Cada año, un millón de aves marinas mueren por consumo de plástico.

Lo que esconden estas campañas y las corporaciones que las incentivan es que reciclar ya no es suficiente.

¿Qué podemos hacer? El Senado mexicano tiene hoy la oportunidad de hacer la diferencia y reformar la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), para prohibir los plásticos de un solo uso y así hacer responsable a las marcas de sus envases, empaques y embalajes.

¡Firma nuestra petición para lograr un México libre de contaminación por plásticos!

Pero hay más…

Mientras estas corporaciones ganan dinero reutilizando los plásticos, el resto del mundo pierde en términos de derechos, calidad de vida, biodiversidad y también economía:

La presencia de basura en el mar puede desincentivar el turismo, que a su vez se traduce en pérdida de ingresos y empleos. Estos impactos pueden ser bastante significativos en las zonas donde la economía local depende de ello.

Por ejemplo, Se estima que en la Unión Europea el gasto por limpiezas de costas y playas asciende a 630 millones de euros anuales.

Brand Audit Playa Miramar Mexico.

Voluntarios de Greenpeace realizando auditoría de marca en Tamaulipas

En México, este gasto lo absorbe principalmente la sociedad civil que, de manera voluntaria, se organiza para limpiar los mares, como lo muestra el informe Invasión Plástica de Greenpeace México, con imágenes e información de personas en todo el país que se pusieron manos a la obra para recoger la basura que las empresas producen.

Asimismo, los efectos de la contaminación ambiental tienen un costo valuado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en 40 mil millones de dólares. Se estima que para 2050, toda la industria del plástico habrá consumido 20% de la producción total de petróleo. Según ONU México, cada año se usan 17 millones de barriles para producir botellas de agua.

¡Firma la petición!

¡Libérate del plástico!

¡Exijamos leyes que prohiban los plásticos de un solo uso! Las corporaciones evaden su responsabilidad porque no existe un marco que las regule. Desplastifiquemos México.

Participa