La expedición de polo a polo sigue para exigir la protección del 30% de nuestros océanos para 2030. Los barcos continúan su camino para documentar los efectos del cambio climático, la sobrepesca y la contaminación plástica en el planeta y lo hacen gracias a tu apoyo y el de miles de personas en todo el mundo. 

Misión Protege los Océanos en el Ártico. Activistas trabajando.

Tal vez tú solo ves fotos impresionantes del gran trabajo que hacemos todos de este lado del Ártico, pero… ¿Sabías que la seguridad en sitio es algo muy importante para nosotros? Para empezar, no podemos acercarnos al hielo con los botes rápidos si no es con la compañía de un “ Polar Guard”, cuya misión es mantenerse atento a lo que pasa a nuestro alrededor y garantizar que en el sitio en donde se hacen las pruebas todo sea seguro, pues hay capas de hielo que no son  sólidas, que tienen muchas capas de nieve fresca o que se pueden romper fácilmente. También dentro del barco las medidas de seguridad son muy claras: siempre van dos botes juntos, todo el tiempo en comunicación con el barco y entre los que están en el lugar; siempre cuidándonos, siempre cuidando el entorno. 

Si algo puedo agradecer, es que a bordo de ambos barcos siempre tuvimos el equipo necesario  para poder trabajar bajo temperaturas extremas. Nunca subestimes el frío, nunca pongas a prueba tus límites, la naturaleza es siempre más fuerte que nosotros.  

Trabajos en el Ártico para documentar los efectos del cambio climático en la zona

Afortunadamente, gracias al aporte de personas que donan a la organización, es que pudimos hacer frente a este clima tan adverso con la ropa y el equipo adecuado. ¡Gracias por creer en nuestro trabajo! Desde el otro lado del mundo se siente su apoyo.

Si algo me dejó este viaje fue: nunca olvides que es nuestra responsabilidad proteger y defender este lugar por más remoto que esté, porque lo necesitamos para asegurarle un futuro al planeta, y que siempre, aún cuando pienses que estás solo en esto, va a haber alguien que confíe en ti y te apoye en todo momento: algún compañero activista en el lugar, algún ciberactivista que te sigue a lo lejos y te manda mensajes de apoyo o un socio donador, que apoya económicamente a la organización para que podamos continuar nuestro trabajo y estar aquí. ¡Gracias a todos! Se siente la fuerza de esta familia.

 Este viaje llega a su fin para mí. En la última etapa de este proyecto se estarán reuniendo nuevamente ambos barcos para finalizar en el polo sur, en el océano Antártico, y no sé, tal vez la suerte y la vida me lleven de nuevo a este hermoso barco, para seguir aportando mi granito de arena y exigir a los tomadores de decisión que hagan algo y tomen acción. No tenemos un planeta B, y es de suma importancia quitarse la apatía y empezar a actuar. 

¡Sé que cuento contigo! Sigamos luchando por nuestro planeta, desde aquí y desde todos los lugares del mundo. Hasta pronto.