Al menos una decena de entidades en México ya consiguieron que a nivel local se prohíba la venta y distribución de algunos plásticos de un sólo uso; sin embargo, esta batalla ha sido más difícil para unos estados que para otros. 

Tlaxcala es un ejemplo emblemático de las dificultades que pueden enfrentar quienes promueven reformas a la ley para garantizar una vida libre de plásticos y, con ello, el derecho a habitar un ambiente sano. Según mostró el caso Tlaxcala, esta tarea puede ser especialmente difícil cuando alguno de los tres poderes del estado (Ejecutivo, Legislativo o Judicial) no está de acuerdo. 

 

¿Qué pasó en esa entidad?

El pasado 12 de marzo, la mayoría en la Cámara de Diputados de Tlaxcala votó a favor de prohibir, paulatinamente, el uso, facilitación y entrega de bolsas de plástico, popotes y unicel. Para esto, se admitió reformar la Ley de Ecología y Protección al Medioambiente de la entidad y se estipuló una multa equivalente en promedio de 422.45 pesos a 8 mil 449 pesos.

Sin embargo, el 25 de marzo, el gobernador de Tlaxcala, Marco Antonio Mena Rodríguez, decidió (como jefe del poder Ejecutivo) vetar las nuevas reformas y regresar al Congreso la discusión y valoración de esta ley.  

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Marcha contra los plásticos

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¿Por qué?

De acuerdo con entrevistas que concedió a medios locales Efraín Flores Hernández, titular de la Coordinación General de Ecología (que forma parte del Poder Ejecutivo de la entidad), “es imposible” aplicar la reforma a la ley tal como está porque no se consideró la afectación que esto traería a más de 900 negocios vinculados directamente con el uso de plástico, además de que no es claro a quién se debe sancionar. 

El funcionario también explicó que la reforma legislativa habla de capacitar, orientar, difundir y manejar” pero sin referir con qué recurso público. Por estos argumentos, la reforma a la ley quedó suspendida hasta que se discuta de nuevo. 

 

¿Y el funcionario tiene razón?

Es cierto que una disminución en la fabricación de plásticos de un sólo uso tendrá un impacto en la economía local. Sin embargo, en México la fabricación de desechables no es el único negocio de la industria del plástico. A esto se suma que, aunque 48% del plástico se usa para empaques, las bolsas solo representan el 1-3% de la producción mientras que los popotes 0.05 %.

Estas cifras nos hacen pensar que las prohibiciones en los diferentes estados sólo afectarán directamente a quienes dediquen 100% de su portafolio de productos a bolsas, popotes o unicel. 

De acuerdo con Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2017 Tlaxcala tenía 37 unidades económicas de la industria del plástico en algunos de sus segmentos. 

Consumo de plásticos en Méxc © Argelia Zacatzi / Greenpeace

En México, cada persona produce en promedio 48kg de basura plástica al año.

En contraste, la Ciudad de México, que tiene más de 700 establecimientos, prohibió ya la comercialización, distribución y entrega de tenedores, cuchillos, cucharas, palitos mezcladores, platos, popotes o pajitas, bastoncillos para hisopos de algodón, globos y varillas para globos, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos, aplicadores de tampones, fabricados total o parcialmente de plásticos, diseñados para su desecho después de un solo uso, excepto los que sean compostables. 

Pero la discusión no es qué vale más, si los negocios de plásticos o la calidad del medio ambiente. La industria tiene la responsabilidad medioambiental de reinventarse y ofrecer productos reusables, canjeables con mayor vida útil o de lo contrario perecerán por los vaivenes del mercado que hoy demanda otro tipo de productos. 

Además, en todo el mundo están surgiendo nuevas empresas y negocios a favor vivir sin plásticos y estos también son una fuente de ingresos y empleos para el país.

Cada minuto que no se legisla, cae al mar lo equivalente a un camión de basura plástica. La muerte de 100 mil animales mamíferos anuales por contaminación plástica en los océanos hace impostergable la prohibición de plásticos.

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¡Exijamos leyes que prohiban los plásticos de un solo uso! Las corporaciones evaden su responsabilidad porque no existe un marco que las regule. Desplastifiquemos México.

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