Los directivos de Dove te dirán que se preocupan por las mujeres y las niñas. Gastan millones de dólares en campañas de «belleza real» para convencerte de que su marca es una fuerza del bien. Pero detrás de su imagen pública se esconde una verdadera historia de daño real.

Investigación sobre residuos plásticos en la playa de Tirang (Indonesia). © Tri Wahyu Susanto
Investigación sobre residuos plásticos en la playa de Tirang (Indonesia). © Tri Wahyu Susanto

Todos conocemos Dove. Es más que una marca de jabones. Durante décadas, sus campañas de «Belleza real» nos han vendido una visión de empoderamiento femenino que se enfrentaba a algunas de las tendencias de belleza más tóxicas del mundo. Se han presentado a sí mismos como los campeones de las mujeres y las jóvenes.

Pero entre bastidores, Dove ha estado alimentando una crisis humana y medioambiental al bombear al mundo enormes volúmenes de plástico tóxico de un solo uso.

Dove afirma combatir los cánones de belleza tóxicos, mientras crea ríos tóxicos.

Más de 200 millones de las personas más pobres del mundo corren el riesgo de sufrir inundaciones más graves y frecuentes provocadas por los residuos de marcas como Dove. Esa es la población del Reino Unido, Francia y Alemania juntas.

Un río lleno de basura en Barangay Bagumbayan North, Navotas City, Filipinas. © Greenpeace

Dove conoce perfectamente las alternativas al plástico de un solo uso. Sin embargo, la producción nociva continúa. Cada año, bombean 6.400 millones de los peores infractores, los sobres de plástico (pequeños  contenedores de plástico de un solo uso para presentaciones individuales), a las comunidades del sur global. Es decir, ¡12.000 cada minuto! Estos pequeños envases de plástico son casi imposibles de recolectar y aún más difíciles de reciclar.

Los residuos plásticos de Dove contaminan ríos y océanos y, cuando se queman, liberan sustancias químicas tóxicas en el aire. Los activistas de Greenpeace en Filipinas han visto con sus propios ojos los daños devastadores de los residuos plásticos tóxicos de Dove. Han visto cómo los envases de plástico de Dove, y de sus propietarios Unilever, atascan los sistemas de residuos locales, contaminando comunidades y sistemas de agua.

De la India a Indonesia, de Tailandia a Filipinas, son muchas de las jóvenes y mujeres que Dove dice defender las que tienen que enfrentarse a los efectos nocivos de sus residuos.

Dove tiene el poder de resolver la crisis de los plásticos, pero decide no hacerlo.

Si no se toman medidas decisivas, la producción de plástico casi se triplicará de aquí a 2050.

Dove expulsa 12.000 sobres no reciclables cada minuto.

La empresa matriz de Dove, Unilever, afirma que quiere un mundo «sin residuos», pero sólo el 0,2% de sus envases son reutilizables. Te dirán que están cambiando. Te dirán que el reciclaje es la respuesta y que tienen grandes objetivos. Pero el reciclaje por sí solo es un callejón sin salida. No podemos salir de la crisis reciclando.

La verdad es que Dove y Unilever nos están defraudando. Tienen que cambiar. Se lo deben a la próxima generación de chicas y mujeres jóvenes que dicen defender.

Tenemos una oportunidad única de cambiar las cosas. 

Ahora mismo, países de todo el mundo se están uniendo para negociar un Tratado Global de la ONU sobre los Plásticos. Se trata de una oportunidad única para cambiar las cosas y poner fin a la era del plástico.

Grupos de la sociedad civil de todo el mundo se unen en una movilización masiva en la cuarta sesión de las reuniones del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-4) en Ottawa, Canadá. Las negociaciones son un momento crucial en el que podemos hacer o deshacer el Tratado Mundial sobre los Plásticos. © Tim Aubry / Greenpeace
Grupos de la sociedad civil de todo el mundo se unen en una movilización masiva en la cuarta sesión de las reuniones del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-4) en Ottawa, Canadá. Las negociaciones son un momento crucial en el que podemos hacer o deshacer el Tratado Mundial sobre los Plásticos. © Tim Aubry / Greenpeace

Unilever, propietaria de Dove, tiene una enorme influencia sobre el Tratado. Puede liderar el cambio eliminando progresivamente su propio plástico de un solo uso e impulsando esa misma ambición en el Tratado. Pero siguen promoviendo un modelo de usar y tirar en el que los beneficios empresariales pesan más que el coste humano y medioambiental para nuestras comunidades.

No estamos aquí para avergonzar a Dove ni a sus consumidores. Estamos aquí para desafiar a una marca a que esté a la altura de sus valores proclamados. Estamos aquí para empoderar a quienes han sido defraudados y a quienes se han visto directamente afectados por los residuos plásticos de Dove. 

¿Dice Dove que se preocupa por la «belleza real»? Es hora de que lo demuestren.

¡Es momento de exigir un cambio!

Laras Nauna, científica marina y organizadora local contra los residuos plásticos en su comunidad. Laras sostiene una botella de Dove desechada durante una limpieza de playa con la comunidad de Sahabat Laut.
Suma tu voz por un futuro sin plásticos

Pide un Tratado Global de Plásticos que haga responsable de sus residuos plásticos a marcas como Dove .

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