Se comprobó que la cantidad anual de plástico que termina en los ecosistemas del planeta es el doble de lo que se calculaba hasta ahora, según el más reciente inventario de vertidos publicado este en septiembre en la revista científica Nature. En concreto, son más de 52 millones de toneladas anuales las que contaminan campos, ríos y mares.
La investigación, realizada por las universidades de Leeds (Inglaterra) y Estocolmo (Suecia), actualizó así las cifras de la contaminación plástica en el mundo que son, una vez más, una señal de alerta.
El equipo de científicos denominó “emisiones de plástico” al material que pasa de cualquier sistema de gestión -donde está bajo cierto control- al ambiente -donde está fuera de control-. De entre esas emisiones, se centró en inventariar los fragmentos mayores a 5 mm (macroplásticos) vertidos en el medio natural en más de 50.000 municipios.
Tras su trabajo, encontraron que el abandono de basura una vez embolsada es la principal fuente en el Norte global mientras que los desechos sin recoger son la causa fundamental de contaminación plástica en el Sur global. En términos generales, las mayores emisiones de plástico se dan en el Sureste y Sur Asiático y en África subsahariana.
Datos que suman para articular el Tratado Global de Plásticos
Con estos hallazgos, el informe busca colaborar en la toma de decisiones que se iniciará una vez que el Tratado Global de Plásticos concluya su etapa de negociaciones y empiece a tomar forma. En este sentido, el análisis aporta varias observaciones a tener en cuenta.
Primero, sugiere que la mejor opción para combatir el problema es “Minimizar la contaminación plástica en su origen”. Consideran que evitar el evento de emisión desde el principio debe ser una prioridad del Tratado. “Nuestro análisis indica que abordar los residuos no recolectados tendría un mayor impacto que mitigar todas las demás fuentes terrestres de macroplásticos combinadas”, se lee en el reporte.
Agregan que esta sugerencia se basa en que “una vez que los macroplásticos han ingresado al medio ambiente, su eliminación resulta técnica y económicamente desafiante y, con el tiempo, se fragmentarán en innumerables microplásticos, lo que hace que los esfuerzos de limpieza sean aún más difíciles”
El informe también resalta que “ya contamos con una gran fuerza laboral global de recicladores informales, emprendedores que, según nuestro modelo, recolectan casi 50 millones de toneladas métricas de residuos plásticos, gran parte de los cuales de otro modo serían mal gestionados”.
Esta información refuerza la idea de que “no podremos reciclarnos fuera de la crisis de la contaminación por plástico”, tal como dijo la Directora ejecutiva de ONU-Medio Ambiente, Inger Andesen.
Dar solución a esta contaminación requiere medidas abarcativas y ambiciosas que se sostengan en el tiempo. Llegó el momento de exigirle a gobiernos y empresas que se comprometan para lograrlo.