Los microplásticos no dejan de ser noticia. Las pruebas de que son un verdadero problema para la salud de las personas, los animales y el ambiente son contundentes, lo cual es lógico cuando consideramos que vivimos en un mundo donde la contaminación por este material sintético es la regla y no la excepción.
En este video Celeste Giardinelli muestra con claridad cómo se ve el flagelo de los microplásticos en un lugar tan delicado y lleno de vida silvestre como es la Isla de Pascua.
Esta es una de las problemáticas más urgentes a las que nos enfrentamos como sociedad. Por suerte, siempre hay algo que podemos hacer para mejorar la situación.
Hoy en particular te compartimos algunas ideas que ayudan a reducir la exposición a estos contaminantes ínfimos pero poderosos, que nos acechan en el agua, el aire y hasta en la comida.
¿Qué son los microplásticos?
Primero, convengamos que cuando hablamos de microplásticos nos referimos a diminutos fragmentos de plástico (de menos de 5 mm de diámetro) que se originan al degradarse productos más grandes, como botellas, bolsas, esponjas de melamina, etc.
Estos materiales, al ser descartados y quedar expuestos a la intemperie, se descomponen en partículas más pequeñas que se depositan en el suelo, viajan a ríos y mares y hasta son transportadas por el aire.
Es importante saber que los microplásticos no sólo se generan al terminar la vida útil de un objeto. El ejemplo más claro es el de las esponjas plásticas que se usan para lavar platos que, cada vez que se friccionan, liberan billones de partículas tóxicas que viajan cañerías abajo contaminando todo a su paso.
¿Cómo llegan a nosotros los microplásticos?
Los microplásticos también llegan a partir de los mismos recipientes que utilizamos a diario para transportar alimentos, que a diario desprenden fragmentos microscópicos que ingerimos sin darnos cuenta.
Al mismo tiempo, diversos estudios científicos han encontrado que el agua embotellada contiene niveles significativamente más altos de microplásticos en comparación con el agua del grifo.
Es decir que todo el tiempo estamos en contacto con microplásticos que terminan ingresando en nuestro sistemas.
En esta nota podés leer más detalles:
¿Cómo disminuir la exposición a los microplásticos?
Es momento de poner acción estas ideas para reducir la exposición a este tipo de contaminación:
Evitar el uso de botellas de plástico y optar por recipientes de vidrio o acero inoxidable para almacenar alimentos.
Invertir en filtros de agua certificados.
En cuanto al almacenamiento de alimentos, es aconsejable evitar el uso de recipientes plásticos, especialmente para alimentos calientes, ya que las altas temperaturas pueden acelerar la degradación y liberación de microplásticos.
No reutilizar plásticos de un solo uso para alimentos y bebidas y siempre optar por los que sean de vidrio o cerámica para calentar los alimentos.
En un plano más general, no olvidemos que podemos frenar esta marea si se crean y fomentan medidas que abarquen desde la producción hasta el consumo. Por eso, conseguir un Tratado Mundial sobre los Plásticos continúa siendo la mejor estrategia. Seguiremos luchando para que se haga realidad 🌎💪.