Los últimos yaguaretés que habitan la región chaqueña podrían desaparecer pronto si la deforestación continúa. Así lo alertó la ONG Greenpeace, con motivo del Día del Animal, y sostuvo que los desmontes ilegales que ocurren en la zona son la principal causa de la extinción de especies autóctonas. Se calcula que quedan 20 ejemplares en todo el área y sólo 250 en el país.

“El yaguareté es el único felino autóctono en su tipo que lleva resistiendo hace años la desaparición de los bosques. Además, el tatú carreta y el oso hormiguero están en riesgo, así como decenas de especies de aves nativas podrían dejar de existir con el avance del desmonte en áreas prioritarias de conservación”, sostuvo Noemí Cruz, coordinadora de la campaña de bosques de Greenpeace

El 80% de la deforestación en el país se concentra en el norte argentino. Chaco, puntualmente, es la provincia que más destruyó sus bosques en los últimos tres años. Con este triste récord, está poniendo en peligro el ecosistema y la fauna de la región.

Cruz advirtió: “Las topadoras están exterminando el bosque, y con él perdemos a toda su biodiversidad. Se está amenazando seriamente a especies autóctonas que ya se encuentran en peligro de extinción”.

El bosque chaqueño también alberga un sinnúmero de insectos herbívoros, termitas y hormigas que cumplen un rol fundamental en su relación ecológica con el medioambiente y son alimento de otras especies como el oso hormiguero, que también está en peligro con una distribución limitada. Asimismo, el tatú carreta, habitante tanto del Parque Copo como de la reserva La Pirámide, se encuentra en peligro y en condiciones vulnerables a nivel internacional. De hecho, este parque es una de las únicas unidades de conservación bajo jurisdicción nacional que hospedan la población de chancho quimilero, donde hasta el año 1975 se desconocía de su presencia en la región.

Imágenes satelitales registradas recientemente por la organización ambientalista mostraron un desmonte en El Impenetrable chaqueño, específicamente en la finca Monterrey, lindera al Parque Nacional Copo (Santiago del Estero) y la Reserva Provincial La Pirámide (Chaco). Allí, se documentó que más de 2000 hectáreas fueron destruidas. Greenpeace le exige al gobernador de Chaco, Domingo Peppo, que ponga fin a estos desmontes ilegales y respete las políticas de conservación fijadas por la Ley Nacional de Bosques.