La organización ecologista manifestó su preocupación ante la publicación de las cifras oficiales de los incendios en la Amazonía, provocados por terratenientes para avanzar con más deforestación para ganadería y soja.

El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) estima que en agosto de este año se quemaron 2,5 millones de hectáreas en la Amazonía (1). “En solo un mes se destruyó una superficie equivalente a la superficie de la provincia de Tucumán, más de 120 veces la Ciudad de Buenos Aires. La situación continúa siendo alarmante y es tarea del gobierno de Brasil poner todos los esfuerzos a disposición de la Amazonía, sus comunidades y las especies que lo habitan”, dijo Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Andino. “Las cifras confirman la magnitud de la catástrofe. Mientras que las versiones periodísticas hablaban de 700 mil hectáreas, las cifras oficiales las triplican”.

Durante agosto pasado en la Amazonía se quemó cuatro veces más de superficie amazónica que en agosto de 2018. “Es uno de los peores incendios forestales del último tiempo, una tragedia que no podemos permitirnos en medio de una crisis climática a nivel global”, agregó Giardini. “La responsabilidad es del avance de la ganadería y la soja, una situación que se repite en el Gran Chaco Americano”. 

Según datos del INPE, durante el día de ayer fueron detectados 385 focos de incendio en la Selva Amazónica. Solo durante agosto hubo 30.900 focos, casi el triple que en agosto de 2018. El incremento fue del 196%. “Los incendios forestales y el cambio climático operan en un círculo vicioso: a medida que aumenta el número de incendios, también lo hacen las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentando la temperatura general del planeta y la ocurrencia de eventos climáticos extremos, como huracanes, tornados, grandes sequías, inundaciones, el aumento del nivel del mar, y el derretimiento de los glaciares”, finalizó el vocero.

Notas:

1- http://queimadas.dgi.inpe.br/queimadas/aq1km/