Fotografía: Martin Katz /Greenpeace 

En el marco de la conmemoración del Día de la Tierra, que se celebra el 22 de abril, es importante resaltar que la crisis climática y ambiental es una realidad urgente en la agenda internacional.

Tras el reciente informe del Panel intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), no hay duda de que conservar los ecosistemas se ha convertido en una prioridad para todos, y si bien los Gobiernos han implementado estrategias para cuidar el planeta, nos encontramos en un entorno cambiante que desarrolla nuevas amenazas que ponen en riesgo el balance de la tierra y la urgencia a la hora de combatir la crisis climática que nuestro planeta vive. Es por esto que, para este 22 de abril, Greenpeace comparte algunas de estas amenazas, con el fin de visibilizarlas y hacer un llamado a la acción. 

“Desde Greenpeace, creemos que es importante reconocer las advertencias que nos rodean en el día a día, para que las personas seamos parte activa y trabajar en conjunto en reducir las emisiones, de modo que podamos mitigar los daños en el medio ambiente”, afirma Tatiana Céspedes, Coordinadora de campaña para Greenpeace. 

La deforestación, el consumo irresponsable, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva son algunos de los factores que contribuyen activamente al cambio climático, siendo este la principal amenaza para nuestro planeta. 

  1. Deforestación, incendios forestales y producción agrícola: La deforestación, en zonas como la Amazonia colombiana, representa un cambio en los patrones de lluvia en la región afectada, extendiendo la duración de la estación seca y afectando aún más a los bosques, la biodiversidad, la agricultura y la salud humana. Este bioma tiene un papel clave a nivel mundial para la regulación del ciclo del agua, es una fábrica de agua que cruza la atmósfera velozmente sobre el Amazonas hasta encontrarse con los Andes causando lluvias a más de 3.000 kilómetros de distancia, en los países andinos y son vitales para la producción agrícola y la vida de millones de personas en América Latina. Los incendios en ambientes naturales son una de las principales causas de deforestación, los cuales son realizados principalmente por la actividad humana con el fin de despejar áreas destinadas al uso de suelos en producción agrícola y ganadera. Es por esto que la producción de cosas como el aceite de palma, la soya, la carne y los lácteos está destruyendo bosques y otros ecosistemas. En ese sentido, es necesario detener la deforestación, restaurar los bosques y ecosistemas terrestres, adoptando la agroecología, una producción y un consumo reducidos de productos animales, y más dietas basadas en plantas.
  1. Combustibles fósiles: La quema de combustibles fósiles (especialmente carbón, petróleo y gas) genera contaminación del aire que, ha llegado a representar hasta 4.5 millones de muertes anuales en todo el mundo, así como pérdidas económicas significativas, de acuerdo con un estudio de Greenpeace. El caso de la expansión petrolera en Colombia es simplemente un ejemplo más de que a pesar de las advertencias y los riesgos que implica se sigue buscando las formas de seguir perforando en busca de más y más combustibles fósiles. 
  1. Consumo irresponsable: Consumir en exceso, sin necesidad o de forma inconsciente es lo que se traduce en consumismo y contribuye de gran manera al cambio climático, ya que según un estudio de la ONU, el consumo en las ciudades causa el 70 por ciento de todas las emisiones globales de gases del efecto invernadero, y a medida que las ciudades sigan creciendo, también lo harán estas cifras.
  1. Uso de plásticos: El consumo de plásticos llega a invadir ciudades, además de contaminar mares, ríos y manglares principalmente. De acuerdo con Greenpeace, en el país se consumen 1,250,000 toneladas de plástico por año, 74 % de estos residuos termina en rellenos sanitarios, y en promedio cada colombiano desecha hasta 24 kilos de plástico anualmente.
  1. Transporte y movilidad: Estos son algunos de los principales generadores de emisiones de carbono, que repercuten en el medioambiente y en la salud de las personas. Por eso es fundamental implementar estrategias que permitan replantear los sistemas de transporte, de modo que sea razonable, sostenible y equitativo para todos. 

El cambio climático no es un fenómeno o una teoría, es una realidad que se vive en el mundo y de manera evidente a través del derretimiento de capas de hielo, las subidas del nivel del mar, las olas de calor, las sequías, las inundaciones, el crecimiento de zonas desérticas y el aumento en la frecuencia e intensidad de los huracanes y las tormentas. Como menciona la Organización de Naciones Unidas, el cambio climático, las alteraciones generadas por el ser humano en la naturaleza, junto con los crímenes que perturban la biodiversidad, pueden acelerar el ritmo de destrucción del planeta.

Tatiana Céspedes, concluye que; “Tomar medidas de sentido común para proteger a las personas y al planeta no solo ahorrará tiempo y dinero, en comparación con la inacción continua o las soluciones falsas; sino que también salvará vidas y hogares”.

En Greenpeace somos una organización ecologista y pacifista internacional, económica y políticamente independiente, que no acepta donaciones ni presiones de gobiernos, partidos políticos o empresas.