Queridos amigos,

Las consecuencias de la pandemia de covid-19 son y serán definidas por elecciones. Elecciones que deben estar fundadas en valores éticos, no financieros: compasión, valentía y cooperación. Esos valores siempre fueron nuestros.  Apoyémonos en ellos en este momento. 

La lucha para contener al coronavirus es nuestra prioridad número 1 como personas y como organización. Y no es solo el personal médico que toma decisiones de vida o muerte sino también cada persona, mientras practicamos la distanciación física. Juntos, podemos hacer las elecciones correctas. 

Greenpeace es una familia. Y como cada miembro de la familia, nosotras también enfrentamos nuestros propios desafíos ligados al Coronavirus. Ambas vivimos en países de adopción – Alemania y Francia -, nacidas en USA y en Argentina. Nuestra preocupación de ver a nuestros padres y madres, hermanos y hermanas, sobrinos y sobrinas aumenta con la distancia y sistemas de salud que por distintas razones, pueden no ser capaces de ayudarlos. Es difícil encontrar equilibrio en estos momentos de turbulencia. Pero como todos ustedes, también encontramos cosas que nos calman. Descubrimos que en momentos de crisis nuestros dos livings se convierten en salas de danza para nuestras familias,  al son de nuestras canciones preferidas! Esperamos que ustedes puedan también encontrar su equilibrio, calma y momentos de catarsis.  

Tomémonos el tiempo necesario: demos prioridad a nuestras familias y comunidades. Cuidemos a nuestros hijos y enfermos. Y a nosotros mismos

Somos testigos de muchos actos de valentía, compasión y comunidad, que nos están inspirando y muestran el poder de la gente organizada. Podemos ver el deseo claro no solo de sobrevivir sino de vivir plenamente. Sigamos sumandonos a los que celebran la colaboración y lo mejor de la humanidad en este momento de adversidad.

Asegurémonos que contamos historias de compasión por los más vulnerables, de gente trabajando junta, contra el miedo y las acusaciones. 

Y mientras avanzamos con compasión, seamos también cuidadosos. 

En las crisis, sabemos que lo imposible se vuelve posible. Para bien y para mal. 

Todos sabemos que respondiendo a esta aguda crisis sanitaria y los correspondientes shocks económicos, se están tomando decisiones que pueden tener un impacto profundo en nuestra crónica emergencia climática. 

Debemos impedir que se invierta en las industrias que ya estaban destruyendo el planeta y la salud. Y con el 2030 pisandonos los talones, esas inversiones tienen que ir hacia la salud del planeta y la gente. El dinero que hasta hace nada no estaba “disponible” tiene que ir a apoyar una transición justa hacia un mundo mejor, donde las personas y el planeta viven en armonía, donde cada ser vivo pueda vivir plenamente. Debemos pedir cuentas a nuestros líderes. 

Debemos también ser cuidadosos contra las tentativas de las empresas de usar a los trabajadores, en su mayoría explotados en sueldos de miseria o expuestos a sustancias mortales, de capturar y redirigir el apoyo público. La llamada Doctrina del Shock avanza, con trillones de dólares, euros, yenes, dirigidos a la economía para salvarla del impacto del virus. También con decisiones adoptadas sin consentimiento. 

Debemos pedir que se invierta en el futuro. En vez de explicarlo por comparación al pasado, tenemos que mostrar el mundo que podemos construir. Un futuro que es abierto, cooperativo, igualitario, pacifico, en armonía con la naturaleza y con el bien común como fuerza motriz. 

Este virus no tiene nacionalidad, ni agenda, ni afiliación política. Existe y se multiplica donde, cuando y como puede! Lo único que puede frenarlo es la cooperación y la solidaridad. 

Este no es momento para acusaciones o divisiones. Hay muchas fuerzas en el mundo haciendo eso por poder o por dinero. Lideren con el ejemplo, compartiendo nuestros valores, plataformas y conocimiento con otros, especialmente los más vulnerables en la sociedad. Tal vez esto construya alianzas inesperadas, en el momento más inesperado, o nos lleve a hacer cosas por fuera de nuestra zona de confort o de los convencidos. 

Queremos, necesitamos y merecemos que en este nuevo capítulo de la historia del planeta, se aprendan lecciones rápido, se responda a las causas profundas y que se establezcan nuevas formas de liderazgo político.

Cuando esta pandemia pase, nuestro carácter colectivo y nuestro potencial futuro serán definidos por las decisiones que tomemos para proteger a los más vulnerables, no para proteger a las industrias. Será también reforzado por lo que habremos aprendido. Cada uno de nosotros tiene una pieza del mundo que necesitamos, donde la compasión y la cooperación son las claves de un mundo más justo y seguro. 

Hay un futuro para escribir. Escribámoslo juntos y con todo – con el alma, con nuestra humanidad entera. 

Jennifer Morgan y Anabella Rosemberg

Jennifer Morgan y Anabella Rosemberg son la Directora Ejecutiva y la Directora de Programas de Greenpeace International, respectivamente.