Una vez, estuve en una reunión con personas de Greenpeace de todo el mundo, y alguien preguntó: ¿Cómo le explicamos a la gente el por qué damos visibilidad al mes del orgullo?

Hace 7 años que pertenezco activamente a esta organización, en la que he crecido y aprendido más de lo que pude imaginar. Soy una mujer lesbiana que antes de llegar a Greenpeace, no comunicaba abiertamente su preferencia sexual. Quienes pertenecen a la comunidad LGBT+ entenderán perfecto, porque no siempre nos sentimos en un lugar seguro para expresarnos y ser quienes somos sin tener miedo. Eso cambió inevitablemente cuando me uní a esta organización, que es diversa, inclusiva y además No-Violenta, algo que no había experimentado nunca en mi vida pero que abracé inmediatamente sintiéndolo parte de mí. 

Sofía Castellanos

Yo comencé mi viaje con Greenpeace como voluntaria, compartiendo con jóvenes igual que yo, la necesidad de tomar acción en la lucha por el medio ambiente, pero no solo eso, compartimos tantas cosas en común, que era imposible no hacernos amigas. Aquí encontré una comunidad incondicional y un espacio seguro. 

En una de mis primeras experiencias en la organización, conocí a personas que como yo, eran parte de la comunidad LGBT+, y me emocionó saber que dentro de las oficinas regionales también me veía reflejada. Nunca les dije esto, pero si me leen, me hicieron sentir en casa. 

Además al iniciar mi trabajo actual, me encontré con principios de diversidad, inclusión y anti racismo a nivel global que aseguran la diversidad en cuanto a la composición de su staff y voluntariado. Estos principios han sido también clave para realizar mi trabajo con la comunidad de voluntariado en México, un país en donde toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano y donde debemos tener siempre en cuenta la interseccionalidad entre los derechos humanos y el medio ambiente. 

“No hay Greenpeace sin peace”, es la respuesta de una de las personas que estaban conmigo en esa reunión global donde participé hace tiempo, y me pareció la respuesta más lógica y obvia de dar. La lucha ambiental busca asegurar que nuestras especies y ecosistemas sean protegidos y permanezcan para futuras generaciones por lo que, inevitablemente, la hace también una lucha social. El planeta puede seguir sin nosotros, pero nosotros no podremos seguir sin el planeta. Necesitamos agua y aire limpio, necesitamos de las especies que dan balance a los ecosistemas y necesitamos, urgentemente, generar conciencia en todas las personas sobre nuestra conexión con la tierra. 

La lucha ambiental es una lucha social y política. No podemos tener un planeta sano y verde sin justicia para todas las comunidades que mueven el mundo.

Sofía Castellanos

La leyenda que nos da el título de Rainbow Warriors dice:

“Llegará un tiempo en que los pájaros caerán del cielo, los animales de los bosques morirán, el mar se ennegrecerá y los ríos correrán envenenados. En ese tiempo, personas de todas las razas y pueblos se unirán como guerreros del arcoíris para luchar contra la destrucción de la tierra.” 

Aquí estamos, somos quienes hemos dado el paso para proteger la vida del planeta, y nuestros colores en el arcoíris dan vida a la diversidad de esta organización y generan múltiples visiones del futuro que queremos construir. 

Participa