La solución no está en solo reciclar, sino reducir la producción y el consumo de plásticos de un sólo uso. Sólo así podremos hacer realmente frente a la invasión plástica que ya tenemos encima. ¿Quieres hacer más? Libérate del plástico y firma la petición.
Las corporaciones nos han dicho que reciclar es la mejor forma en la que podemos contribuir a preservar el medio ambiente, pero en realidad no nos están diciendo toda la información que saben al respecto. Esos datos son muy importantes para que tú tomes la mejor decisión al respecto.
Acá te decimos cinco cosas que no sabía del reciclaje:
1.-Reciclamos menos del 10%
Por razones diversas, a lo largo de la historia del planeta hemos reciclado menos del 10% del plástico que producimos a nivel mundial. Esto no refleja la emergencia plástica que actualmente enfrentamos, pues se estima que hasta 12.7 millones de toneladas de plástico ingresan al océano cada año. Esto es equivalente a un camión lleno de desechos de este material se vierte en las costas cada minuto, de acuerdo con el informe Reciclar: la falacia de la industria en la lucha contra la contaminación plástica.
2.- No hay infraestructura suficiente
En México existe poca o nula infraestructura para procesos adecuados de reciclaje. De acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, recopilados en el mismo informe, en 2016 había 30 plantas de separación de desechos en 13 estados de la República, cuatro plantas de trituración, 13 plantas de compactación, 13 plantas de composta y cinco plantas de biodigestión en México. Esto resulta insuficiente para el nivel de desechos que se generan diariamente y que ahora mismo están cobrando la vida de más de una especie en el mar.
3.- No existen leyes
Hasta 2019, sólo 22 estados cuentan con leyes para la gestión integral de residuos: Baja California, Campeche, Ciudad de México, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Veracruz, Yucatán y Zacatecas. A nivel federal no existe una legislación que obligue a separar la basura desde la fuente. ¡Actuemos para exigir una legislación nacional que prohiba los plásticos desechables! No olvides firmar nuestra petición.
En contraste, en México existe el riesgo de que cada vez más gobiernos a nivel local y el federal utilicen la incineración como una de las principales alternativas para la gestión de residuos sólidos, especialmente como parte de la política Basura 0. Por ejemplo, como se advirtió en un blog Los graves peligros de la incineración de plásticos, en el caso de la Ciudad de México existe una convocatoria para instalar y operar una planta de tratamiento de residuos, donde se incluyó un apartado que considera la incineración. Las plantas de incineración no son la mejor opción para tratar la basura que se genera en una de las ciudades más contaminadas del mundo, como es la CDMX.
4.- No todo el plástico es reciclable
Por razones de mercadotecnia, las corporaciones lanzan al mercado algunos plásticos de difícil procesamiento para el reciclaje. Por ejemplo, cada vez es más frecuente que las refresqueras presenten sus productos en botellas pintadas que para su reutilización requieren procesos químicos costosos y más contaminantes.
5.- Reciclar es un negocio redondo para las empresas
Como te contamos en el blog ¿Quién gana con el reciclaje?, las corporaciones ganan millones de pesos por los residuos que reciclan. En 2018, el Foro Económico Mundial y la Fundación Ellen MacArthur afirmaron en el reporte La nueva economía de los plásticos que las empresas podrían recuperar entre 80 mil y 120 mil millones de dólares al reciclar, en lugar de desechar, los plásticos que producen. Bajo el argumento de que así contribuyen a cuidar al medioambiente, las corporaciones iniciaron campañas masivas a favor de reciclar y decidieron hacer de su responsabilidad un negocio.
No dejes que las corporaciones te engañen. Sus responsabilidades con el medio ambiente van mucho más allá de reciclar, por eso se requiere que los gobiernos las obliguen a través de leyes a asumir sus obligaciones en la materia.