Estamos en Tabasco, son las 7 am, una manta hecha con 100 metros de tela esta envuelta lista para llevar un poderoso mensaje. 


Somos 4 mujeres quienes la cargamos, quienes creemos firmemente que el mensaje será leído por aquellas personas que en sus manos tienen el poder de transformar nuestro país, nuestro entorno, nuestro planeta. Todas voluntarias, todas libres y todas con la misma convicción.

© Greenpeace

Como voluntarias los ánimos y las esperanzas no caen, se fortalecen. No son sueños son metas con las cuales cada actividad nos pone más cerca de alcanzarlas

Atravesamos Torno Largo a nuestro alrededor los manglares nos muestran un pequeño camino, una compleja y moderna construcción se hizo espacio en medio de la naturaleza, de los manglares, de quienes lo habitan. Tiene una flama en lo alto de una torre, haciendo un fuerte ruido cada vez que su flama es más intensa, es intimidante la primera vez que lo escuchas. El fuego se refleja en el agua, en agua turbia que se queda pegada en la piel. 

© Greenpeace

El sol se pone de nuestro lado. Hace brillar el agua, extendemos la manta que ya pesa lo doble. El mensaje aparece “Ya está aquí #CrisisCliMexico” y si, no podemos cerrar los ojos, la crisis del cambio climático se hace presente todos los días, en diferentes puntos del planeta y en diferentes puntos de México. 

© Greenpeace

El ser voluntaria me permite participar en estas actividades, en manifestar mi interés en crear cambios que beneficien a toda la sociedad no a unos cuantos, en generar interés en algunas personas para que conozcan el trabajo de Greenpeace, que escuchen las peticiones de las organizaciones, que llamen a los gobiernos a cumplir con sus promesas, a cuidar lo que tenemos, a manifestarnos por su conservación. 

© Greenpeace

Es momento de dejar de pelear por colores, por ideologías, dejar de dividirnos. La lucha para frenar el cambio climático es de todas las personas, por que conservar lo que tenemos y mejorar lo que nos espera aún está en nuestras manos y el futuro dependerá de las acciones que hagamos en este momento. 


Hemos regresado con la manta a tierra pero el mensaje seguirá hasta que sea escuchado. Para eso somos voluntarias, para decir lo que todos deberían oír aunque sea incómodo escucharlo.

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