Este 2020 nos dejó claro, con más de un ejemplo, la urgencia de detener los daños que causamos al medio ambiente porque las consecuencias ya están encima nuestro. La buena noticia es que aún hay muchas cosas que podemos cambiar en el mundo para mejorar nuestro entorno y recuperar, como un primer paso, nuestras ciudades. 

Cada año, el último día de octubre se conmemora el Día Mundial de las Ciudades. Este 2020 la celebración de Naciones Unidas será el 31 de octubre en Kenia y será la primera vez que esta efeméride se conmemora de manera virtual, debido a la pandemia de COVID-19. La pandemia “ha llamado la atención del mundo sobre la urgente necesidad de priorizar la planificación urbana sostenible y el desarrollo de nuestras ciudades y pueblos porque se han convertido en epicentros de la propagación de enfermedades, especialmente en asentamientos informales y no planificados”, dijo la ONU.

Urban Revolution Viaduct Protest in Mexico. © Argelia Zacatzi
© Argelia Zacatzi

Aunque las ciudades del mundo ocupan menos del 2% de la superficie de la tierra, son responsables de la mayor parte de las emisiones totales de GEI, entre ellas del 71 al 76% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), de energía eléctrica, según cifras de ONU Habitat. En 2015, México emitió 683 millones de toneladas de bióxido de carbono equivalente (MtCO2e) de gases efecto invernadero (GEI), de las cuales 64% corresponden al consumo de combustibles fósiles. 

Gran parte de esa contaminación es producto de una injusticia social: durante años, las políticas de movilidad han priorizado el uso de automóviles al invertir el 81% de los recursos públicos de movilidad en más carriles, puentes y avenidas, ello a pesar de que 70% de la población utiliza transporte público u otras formas de movilidad. 

Es cierto, vivimos en permanentemente disputa por habitar y transitar el espacio público y si bien muchas de las decisiones están en manos de las autoridades, la realidad es que la comunidad, quienes habitan las ciudades, también tienen un poder importante para transformar las cosas.

¿Hacia dónde queremos ir?

Como comunidad podemos hacer muchas cosas por nuestras ciudades. Lo primero es elegir alternativas de movilidad sustentable, como caminar más, usar bicicletas, tomar transporte cero emisiones, y otras; también podemos conservar y restaurar áreas verdes y generar menos contaminación, recuperar espacios, promover el consumo local y el comercio justo, pero lo más importante es organizarnos con quienes habitamos para investigar más, solicitar información a las autoridades y exigir mejores condiciones de vida en nuestro entorno. 

La importancia del consumo local
La importancia del consumo local

El manifiesto de la Revolución Urbana, que elaboró Greenpeace México en 2019, tiene algunas propuestas para los gobiernos:

1.- Reordenar todas las rutas de transporte público
2.- Reorganizar el transporte público en corredores estructurados
3.- Renovar las unidades vehiculares con unidades de cero emisiones
4.- Consolidar un Sistema Integrado de Transporte Público
5.-  Transformar avenidas principales en calles completas
6.- Crear centros de transferencia modal
7.- Aumentar infraestructura ciclista
8.- Ampliar, mejorar y construir banquetas que fomenten la caminabilidad
9.- Peatonalizar calles en centros históricos

La lucha contra el cambio climático ahora también está en las ciudades, ¡unamos nuestro poder y recuperémoslas!

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