El 20 de abril se publicó el decreto por el cual se expande el área de refugio de la vaquita marina de 1260.85 a 1841 km2. Las organizaciones de la sociedad civil Greenpeace México, Defenders of Wildlife de México y Teyeliz, A.C, habían logrado un acuerdo con Rafael Pachianno titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para aumentar dicho polígono en aras de proteger la mayor zona de concentración de las vaquitas.

El anuncio de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) sobre la expansión del área de refugio para la vaquita marina fue recibido con reconocimiento por parte de diversas organizaciones civiles, pero también con una advertencia clara: esta medida, aunque necesaria, no será suficiente para salvar a la especie más amenazada del planeta si no se acompaña de acciones contundentes y sostenidas.
Las organizaciones Greenpeace México, Defenders of Wildlife de México y Teyeliz, AC, que desde hace años trabajan en la protección de esta especie, consideran que el decreto representa apenas el inicio de un esfuerzo mucho mayor. Insista en que se deben aplicar con urgencia las medidas complementarias prometidas, como el fortalecimiento de la vigilancia y la erradicación de la pesca ilegal de totoaba.
Un decreto que amplía el refugio, pero no garantiza la supervivencia de la especie.
El pasado 20 de abril, el gobierno mexicano publicó un decreto que amplía el área de refugio de la vaquita marina de 1.260,85 km² a 1.841 km². Esta decisión fue producto de acuerdos entre las organizaciones civiles y el titular de Semarnat, Rafael Pacchiano, y busca proteger la zona de mayor concentración de vaquitas marinas en el norte del Golfo de California.
Durante un proyecto de avistamiento y captura en 2017, realizado con la finalidad de trasladar a las vaquitas a un encierro para fomentar su reproducción, el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA) detectó que la mayor parte de los ejemplares se encontraba fuera del área protegida establecida en 2005. Esto llevó a que en febrero de 2018 se presentara una propuesta formal para blindar esa nueva zona crítica.
Celebración moderada: el cumplimiento del acuerdo es solo un primer paso
Las organizaciones firmantes del acuerdo reconocieron públicamente que el secretario Pacchiano cumplió su compromiso de ampliar el polígono de protección. Consideran que proteger esta zona crítica es una decisión acertada y urgente, especialmente ante la alarmante disminución del número de ejemplares vivos.
Sin embargo, también dejaron claro que no es suficiente. Sin vigilancia real, sin acciones firmes y sin una estrategia integral para erradicar las redes ilegales que atrapan a la vaquita, el decreto podría convertirse en un mero acto simbólico, sin impacto real en la supervivencia de la especie.
Celebración moderada: el cumplimiento del acuerdo es solo un primer paso
Las organizaciones firmantes del acuerdo reconocieron públicamente que el secretario Pacchiano cumplió su compromiso de ampliar el polígono de protección. Consideran que proteger esta zona crítica es una decisión acertada y urgente, especialmente ante la alarmante disminución del número de ejemplares vivos.
Sin embargo, también dejaron claro que no es suficiente. Sin vigilancia real, sin acciones firmes y sin una estrategia integral para erradicar las redes ilegales que atrapan a la vaquita, el decreto podría convertirse en un mero acto simbólico, sin impacto real en la supervivencia de la especie.
La urgencia de aplicar medidas efectivas más allá del papel.
Las organizaciones advierten que, si el gobierno no acompaña esta medida con una aplicación estricta de las acciones acordadas, la vaquita marina no sobrevivirá. Entre estas medidas se encuentra el incremento de la vigilancia en la nueva zona protegida, el retiro de redes ilegales y la restricción total de la pesca y la navegación en el área, excepto con multas de inspección.
En palabras de los colectivos, la expansión del refugio no debe ser “otro dibujo en el mar”. Es fundamental que se asignen los recursos humanos y financieros necesarios para una vigilancia eficaz. La muerte reciente de un ejemplar en 2018 refuerza la urgencia de actuar, pues la población restante ya no tiene margen para seguir perdiendo individuos.
Voces expertas que insisten en acciones inmediatas y concretas
Miguel Rivas, campañista de Océanos de Greenpeace México, recordó que el decreto debe ir acompañado de vigilancia efectiva, ya que la existencia de una nueva muerte en 2018 demuestra que el tiempo se agota. “Esa es tarea del gobierno”, advirtió, señalando la urgencia de evitar cualquier nuevo deceso.
Por su parte, María Elena Sánchez, presidenta de Teyeliz, AC, expresó que si bien resulta esperanzador que el último reducto de la vaquita medidas haya sido protegida, aún faltan decretar las más importantes. Estas son las que evitarán que la especie siga muriendo en redes ilegales, ante una vigilancia que hasta ahora ha demostrado ser insuficiente.
El problema de fondo sigue siendo la pesca ilegal de totoaba
Juan Carlos Cantú, director de programas de Defenders of Wildlife de México, fue aún más claro: la vaquita no podrá salvarse mientras continúa la pesca ilegal de totoaba. Esta práctica, realizada con redes agalleras, es la principal causa de muertes accidentales en la especie. Si se cambian estas redes por métodos legales, como líneas de pesca deportiva, la situación podría cambiar radicalmente.
Cantú subrayó que el verdadero reto está en transformar los métodos de pesca y erradicar el mercado ilegal de totoaba. Solo así se podrá proteger de forma real y sostenible a la vaquita marina, y evitar que desaparezca para siempre.
Un llamado urgente al gobierno mexicano: actuar más allá del decreto
Las organizaciones civiles hicieron un llamado enérgico al secretario Pacchiano para que implementara el conjunto de medidas propuestas en febrero. Aseguran que la mera ampliación del polígono no bastará para preservar a la especie si no se acompañan de acciones coordinadas, firmes y sostenidas.
El número de vaquitas marinas es tan reducido que cualquier omisión o demora en la implementación de medidas puede significar su extinción definitiva. Las ONG insisten: es ahora o nunca para salvar a la vaquita marina.