La Alerta Púrpura en CDMX representa el nivel más alto del sistema de alerta de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil. Se activa cuando se pronostican lluvias superiores a los 70 milímetros en pocas horas, acompañadas de granizo, vientos intensos y posible actividad eléctrica. 

Esta alerta implica un riesgo extremo para la población y la infraestructura urbana, como deslaves, caída de árboles y estructuras, pero sobre todo inundaciones severas, uno de los problemas que ha afectado a esta urbe en recientes días.

Fotografía de inundación en Chalco, Estado de México.
© Gustavo Graf / Greenpeace

Las inundaciones en Ciudad de México son un grave riesgo para los capitalinos, pues implican la generación de fuertes corrientes de agua en calles y avenidas que se agravan con la presencia de residuos plásticos, lo que afecta significativamente la movilidad y los traslados de miles de personas. La magnitud del problema invita a preguntarse:

Datos de Sedema estiman que en México se generan 120 mil 128 toneladas de residuos sólidos al día. De este total, el 10% de los residuos sólidos son envases de plástico —PET, PEAD, PEBD— que son reciclables.

En CDMX, a diario, se generan alrededor de 2,471 toneladas de residuos plásticos, lo que representa el 20% del total de desechos en la capital del país. Más allá del mal manejo de residuos, el problema de fondo radica en el modelo de producción de estos plásticos. 

Por ello en Greenpeace proponemos un cambio estructural y sistémico: las empresas deben asumir su responsabilidad mediante el rediseño de productos que no sean desechables y el uso de materiales menos contaminantes. 

La solución no puede recaer únicamente en la ciudadanía; es necesario transitar hacia un compromiso conjunto entre gobiernos, empresas y ciudadanía que reduzca el impacto de la basura plástica desde su origen.

Fotografía de cientos de botellas plásticas vacías de diferentes marcas.

La basura plástica es el conjunto de residuos plásticos como envases, bolsas, botellas y empaques. Debido a su alta durabilidad y lenta degradación, estos desechos representan un grave problema ambiental cuando no se gestiona adecuadamente y termina en los sistemas de drenaje urbanos.

El problema con la basura plástica en la Ciudad de México es complejo y de gran escala. Datos de Sedema señalan que aunque la recolección alcanza 97%, solo el 24% de estos plásticos son reciclados, lo que significa que una parte considerable termina en las coladeras. 

Durante la temporada de lluvias, cuando las corrientes pasan por las calles, arrastran dichos plásticos y obstruyen coladeras, lo que provoca encharcamientos e inundaciones.

Alcantarilla intervenida por activistas de Greenpeace México: Aquí comienza la contaminación del mar.

La situación se agrava en contextos de fenómenos climáticos extremos como los que activan la Alerta Púrpura, la acumulación de residuos en los sistemas de drenaje provocan un colapso y el daño a la salud y patrimonio de decenas de familias. 

Cifras de Conagua resaltan que en lo que va del 2025, se ha retirado más de 11,800 toneladas de basura de plantas de bombeo clave en el Valle de México, evidenciando la magnitud del problema.

Desde 2020, en Greenpeace hemos denunciado la amenaza silenciosa de la basura plástica en CDMX, la cual forma parte de un problema aún más grave, la degradación de la Cuenca del Valle de México.

La Cuenca del Valle de México es un sistema ambiental fundamental para el abastecimiento de agua y el funcionamiento del ciclo hidrológico en la región. Todas las personas, sin distinción de condición social, dependen directa o indirectamente de los servicios que este sistema provee. Su deterioro afecta por igual a quienes habitan zonas vulnerables como a quienes viven en áreas con más recursos.

3 activistas entre árboles sostienen un grifo gigante y la leyenda "Rescatemos la cuenca. #AguasConElClima".
© Greenpeace / Ricardo Trejo

Actualmente, el tratamiento de aguas residuales es alarmantemente bajo, pues a nivel nacional alcanza un 15 %, lo que evidencia un rezago significativo en el manejo del recurso. Además, una gran parte de la infraestructura hidráulica urbana —como tuberías y redes de distribución— está severamente deteriorada por falta de mantenimiento, lo que provoca la pérdida de aproximadamente 40 % del agua disponible, agravando aún más la crisis hídrica.

A esto se suma la deforestación y el cambio de uso de suelo desmedido en zonas clave para la captación de agua. En 2022, se perdieron más de 1,300 hectáreas de bosque en el Estado de México, lo que reduce la capacidad natural de absorción del agua de lluvia y favorece las inundaciones. 

La expansión urbana acelerada ——frecuentemente sin planificación ni regulación— incrementa esta presión sobre la cuenca. Desde Greenpeace hacemos un  llamado urgente para rescatar y proteger este sistema es una urgencia ambiental y social, especialmente en el contexto del cambio climático y el aumento en la intensidad de lluvias.

Es momento de actuar, exigir a las empresas reducir la producción,  el uso de plásticos de un solo uso en sus productos , así  como hacerse responsable de sus residuos  y exigir soluciones estructurales son pasos clave para enfrentar las inundaciones en la Ciudad de México. 

Plásticos desechables océanos
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