Hoy es un día importante, comienzan las negociaciones para iniciar un Tratado Global de los Océanos en la ONU. Es una oportunidad histórica: Greenpeace ha luchado por este tratado histórico durante muchos años. Desde la ciencia lo llaman “la última oportunidad para los océanos”, ¡y eso es exactamente lo que es!
Así que, ¿por qué es tan especial este tratado?
Increíble, pero cierto: en la actualidad, las aguas internacionales de nuestros mares más allá de las fronteras nacionales, también conocidos como alta mar, que cubren aproximadamente dos tercios de nuestro planeta azul, están casi, casi completamente desprotegidos. Hay varios tratados y organizaciones que son responsables de gestionar el alta mar, pero principalmente para extraer y explotar, no para protegerlos. Y ahora tenemos la oportunidad de cambiar esta tendencia: en virtud del Tratado Global de los Océanos, sería posible una gran red de santuarios a través de los océanos del mundo, protegiendo al menos el 30% de los mismos para 2030
¿Por qué es importante proteger los océanos y sus aguas internacionales?
Los océanos son el hábitat más grande en la tierra, la mayor fuente de alimento para animales y humanos. Y cada segunda inhalación de oxígeno que respiramos proviene de los océanos. Sin los océanos, no podemos sobrevivir en este planeta. Y no solo hay agua, ¡es un mundo maravilloso lleno de vida! Las aguas azules y abiertas de nuestros océanos albergan una diversidad de vida silvestre, que incluye tortugas, ballenas, tiburones y delfines. E incluso muy abajo, en el fondo marino, los enigmáticos arrecifes de coral de agua fría y los jardines de esponjas prosperan en la oscuridad: a menudo conforman la cubierta viva de antiguos montes submarinos gigantes que proporcionan refugio para peces de aguas profundas y muchas otras criaturas. Estamos comenzando a explorar este mundo misterioso. Pero una cosa ya está clara: si no lo protegemos ahora, lo perderemos antes de que lleguemos a conocerlos en profundidad.
Pero, ¿no está a salvo la vida marina en los océanos?
Así era hasta el siglo pasado. Pero hoy en día, con la pesca industrial, la contaminación e incluso la minería del fondo marino en aumento, la vida marina corre más peligro que nunca: las flotas pesqueras modernas llegan ya a las zonas más remotas y cada vez a aguas más profundas. Millones de toneladas de peces quedan atrapados en redes y otras artes de pesca cada año, y con ellos decenas de miles de tortugas, tiburones y delfines.
Al mismo tiempo, alrededor de ocho millones de toneladas de plástico llegan a nuestros océanos cada año, convirtiéndolos en el vertedero de basura más grande del planeta mientras ahoga y ahoga a muchos de sus habitantes. Y por último, pero no por ello menos importante, los efectos del cambio climático, como la acidificación de los océanos y el calentamiento global, hacen que la protección de los océanos sea más urgente que nunca. La vida marina merece un descanso. Necesita santuarios oceánicos que estén fuera de los límites de actividades extractivas y destructivas, donde puedan recuperarse y prosperar.
Los científicos y científicas piden que al menos el 30% de los océanos del mundo estén protegidos en 2030, tanto dentro como fuera de las fronteras nacionales. Pero hasta ahora solo el 1% de los océanos mundiales están protegidos. Es por eso que necesitamos una red completa de santuarios marinos en todo el mundo. Y el Tratado Global del Océano lo haría posible.
¿Que pasa si no tenemos un Tratado global?
El Tratado Global de los Océanos debe tener el poder, a través de sus Estados miembros, de crear santuarios con fuertes medidas de gestión y conservación. Sin tales poderes, existe el riesgo de que se creen “parques de papel”: áreas que están protegidas solo en papel, pero en las que la amenaza y la destrucción del ámbito marino continúan sin obstáculos.
¿Pero no existen santuarios marinos ya?
Los gobiernos ya pueden crear santuarios en sus propias aguas nacionales. Pero no hay una forma de crear santuarios marinos para la mayoría de nuestros océanos globales. La ley oceánica actual se centra más en el derecho a explotar estas aguas internacionales que en cualquier deber de protegerlos. Entonces, si vamos a proteger al menos el 30% de los océanos para 2030, entonces esto tiene que cambiar, y rápido.
¿Qué va a hacer Greenpeace en las negociaciones?
La delegación de Greenpeace participará en las negociaciones impulsando el más alto nivel de ambición y restableciéndonos como actores clave. Además, estaremos allí para inspirar a los delegados, simpatizantes y aliados, iluminar las negociaciones, llamar la atención mundial sobre el tratado, presentar nuestra campaña a los partidarios e invitarlos a unirse a nosotros en nuestro viaje para proteger los océanos globales.
¿Cómo se relaciona el Tratado Global del Océano con la Antártida?
El Océano Antártico se encuentra en aguas internacionales, pero es especial: ya hay acuerdos sobre cómo se gestionan y protegen los mares que rodean la Antártida.
Un futuro Tratado Global Oceánico complementaría y fortalecería la protección en aguas internacionales (como los de la Antártida), pero mientras el nuevo tratado está en proceso, ya necesitamos acción en los pocos lugares que actualmente podemos. En octubre, la Comisión del Océano Antártico (también conocida como CCRVMA) tiene la gran oportunidad de crear el mayor santuario del mundo en aguas antárticas. Para proteger todas las aguas internacionales, necesitamos un Tratado Global de Océanos que proporcione una red de santuarios oceánicos a través de nuestros océanos globales.
Solo juntos podremos proteger y preservar lo que nos protege a todos, lo que nos da la vida a nosotros y a las generaciones futuras. Nuestra oportunidad histórica para la protección del océano está comenzando.