Personal and Economic Losses from Historic Storms in California. © David McNew / Greenpeace
© David McNew / Greenpeace

Chapula, una pequeña comunidad del municipio de Tianguistengo en Hidalgo, fue borrada del mapa en cuestión de horas. Este no es el comienzo de un relato de ficción, sino la cruda realidad de cómo el cambio climático desapareció a un pueblo debido a las lluvias severas en octubre pasado.

La noche del pasado 9 de octubre, la furia de la naturaleza, intensificada por fenómenos climáticos extremos, desató una tragedia que dejó a los habitantes de Chapula sin hogar y a un pueblo destrozado.

La historia de Chapula es un recordatorio de la creciente vulnerabilidad de nuestras comunidades ante el cambio climático y un llamado urgente a enfrentar la crisis que provocó que 144 habitantes, incluidos dos perros, perdieran su hogar para siempre.

¿Qué pasó en Chapula, Hidalgo?

Antes del desastre, Chapula era una comunidad tranquila, rodeada de montes y una densa vegetación en la sierra hidalguense. Aunque su valor no radica solo en su paisaje, sino en su profunda herencia histórica. 

Sink-Holes in Inner Mongolia. © Lu Guang / Greenpeace
© Lu Guang / Greenpeace

Las crónicas confirman que el pueblo existía desde antes de la llegada de los españoles, pagando tributo al señorío de Metztitlán. Un documento de 1571 ya registraba su existencia, detallando que contaba con 30 casas y aproximadamente 120 personas.

Sin embargo, la noche del pasado 9 de octubre, la tranquilidad se transformó en terror. Las lluvias torrenciales provocadas por el huracán Priscilla desataron un fenómeno que los expertos advierten como una de las formas más claras de las consecuencias del cambio climático

El río que bordeaba la comunidad se desbordó y más de 20 deslaves se desgajaron de los cerros circundantes. El agua y el lodo descendieron con una fuerza devastadora. La destrucción fue casi total

La fuerza de la corriente fue tan descomunal que abandonó su lecho histórico, desviando el cauce del río y sentenciando el lugar para siempre. El torrente se tragó por completo 15 casas, mientras que otras 60 quedaron sepultadas bajo toneladas de lodo y escombros o con daños estructurales irreparables. 

La escuela de la comunidad quedó completamente destruida. El costo humano fue la parte más dolorosa de la tragedia, una familia entera desapareció, cuando su hogar fue arrastrado por la corriente.

Chapula, Hidalgo: ¿habitantes podrán regresar?

Días después, tras supervisar la zona devastada, el gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar, declaró a Chapula como inhabitable. Su afirmación resumió la magnitud del desastre: “no hay casas”. 

Rain Catastrophe in Bad Neuenahr Germany. © Dominik Ketz / Greenpeace
© Dominik Ketz / Greenpeace

La decisión de no permitir el regreso de los pobladores se basa en una evaluación de riesgos que revela un peligro constante. Las principales razones son que el pueblo fue construido en la ribera del río, lo que se convirtió en su mayor vulnerabilidad ante el desbordamiento.

Además, la zona permanece geológicamente inestable, pues los más de 20 deslaves en los cerros que rodean el área representan un riesgo continuo de nuevos derrumbes, haciendo que cualquier intento de reconstrucción sea temerario.

Con su hogar declarado inhabitable, el futuro de los 144 evacuados es incierto y muy apegado a convertirse en la segunda comunidad en México reconocida como desplazada por el cambio climático, al igual que el caso de El Bosque, Tabasco.

Sin embargo, la comunidad tiene un deseo claro, no quieren ser dispersados, por lo que piden ser reubicados todos juntos dentro del mismo municipio para preservar su identidad, sus lazos y el nombre que los une: Chapula.

Respecto a la razón de esta tragedia, es importante considerar que el cambio climático intensifica las lluvias porque altera el equilibrio natural del ciclo del agua. A medida que la temperatura global aumenta, los océanos y la tierra liberan más vapor de agua a la atmósfera, lo que incrementa la humedad disponible para formar nubes. Este exceso de energía y vapor provoca precipitaciones más intensas y concentradas en periodos más cortos, en lugar de lluvias moderadas distribuidas a lo largo del tiempo. 

El resultado son tormentas severas que pueden causar inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra y daños graves a comunidades vulnerables. En lugares como Chapula Hidalgo, donde la infraestructura y los sistemas de drenaje son limitados, estos eventos extremos pueden convertirse en verdaderas tragedias humanas y ecológicas.

Volunteers Help the Flooded Community in Emilia Romagna, Italy. © Greenpeace / Michele Lapini
© Greenpeace / Michele Lapini

La desaparición de Chapula más que una tragedia para México, es una advertencia global. Un pueblo fue aniquilado por un evento climático extremo que, hasta hace poco, se consideraba improbable. 

Esta catástrofe demuestra que el cambio climático no es una amenaza lejana, sino una realidad presente que golpea con una fuerza cada vez mayor. La creciente intensidad de las lluvias está convirtiendo zonas antes seguras en trampas mortales.

El caso de Chapula nos recuerda la urgencia de fortalecer las políticas de adaptación al cambio climático, particularmente la necesidad de contar con una política de desplazamiento climático que permita prevenir y en su caso atender de manera digna y efectiva casos como el de Chapula. La comunidad de El Bosque, en conjunto con Greenpeace México, organizaciones aliadas y académicas han publicado una propuesta de política de desplazamiento climático que se construye a partir de la experiencia de comunidades que ya han sido desplazadas, hoy más que nunca es fundamental que esta política se materialice para que existan los mecanismos de política pública necesarios, que hasta ahora no existen, para atender estos casos que cada vez son más frecuentes. 

No podemos ser espectadores mientras otras comunidades esperan la próxima tormenta.

Wildfire near Jerusalem. © Elad Aybes / Greenpeace