Desde nuestros inicios, una de las prioridades de Greenpeace ha sido velar porque los desarrollos de infraestructura, económicos y turísticos no deriven de la destrucción de la naturaleza ni de la violación de los derechos de las comunidades y pueblos indígenas. En relación a proyectos turísticos, a lo largo de los años Greenpeace ha desarrollado diversas campañas contra empresas hoteleras y de turismo depredador, a continuación algunos ejemplos.
Cabo Pulmo: Una historia de éxito por la defensa de la vida marina
En 2008 lanzamos una campaña contra la compañía española Hansa Urbana que pretendía desarrollar un mega complejo turístico llamado “Cabo Cortés” en una zona limítrofe con Cabo Pulmo, en el estado de Baja California Sur. Cabo Pulmo es un Parque Marino Nacional que alberga un gran arrecife de coral, el cual cuenta con una amplia biodiversidad compuesta por una variedad de peces, crustáceos, moluscos, aves y mamíferos marinos. El proyecto Cabo Cortés era una amenaza para el arrecife y su vida marina debido a los impactos ambientales que traería consigo: vertimiento de aguas residuales y de aceites de las embarcaciones, destrucción de dunas, alta demanda de agua potable, entre otras.
Las comunidades locales trabajaron junto a organizaciones como Greenpeace para presionar a los gobiernos estatal y federal con la demanda de cancelar Cabo Cortés. Más de 220 mil ciudadanos y ciudadanas firmaron una petición lanzada por Greenpeace para detener este proyecto destructivo. Finalmente, en 2012, el gobierno panista del presidente Felipe Calderón se vio forzado a cancelar el proyecto. Para más información sobre esta historia, consultar aquí.
Denuncia contra los grandes hoteleros españoles
En 2009 denunciamos a grupos hoteleros españoles depredadores ambientales en la Riviera Maya y lanzamos el informe “Los nuevos conquistadores. Multinacionales españolas en América Latina“, en el que Greenpeace documentó 43 casos de depredación ambiental en la región. Uno de los casos destacados que se documentaron en el informe es el del grupo Sol Meliá, el cual ha intentado en diversas ocasiones construir complejos hoteleros en la Riviera Maya, llevando por ejemplo a la devastación de amplias zonas de manglar. En 2001, Greenpeace México denunció a este grupo por sus proyectos de turismo depredador con algunos logros, como la cancelación de la construcción de uno de sus complejos turísticos en las playas de X’cacel y X’cacelito, zona de anidación de tortugas marinas verde y boba.
Protección de la Isla Holbox
En 2014 denunciamos las intenciones de construir el megaproyecto turístico “La Ensenada” en la isla Holbox, que forma parte del Área de Protección de Flora y Fauna denominada Yum-Balam en el municipio de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo. Este proyecto buscaba construir un complejo turístico en un área de 980 hectáreas y fue propuesto por el conglomerado Península Maya Developments. Una construcción de las dimensiones de La Ensenada podría dañar el hábitat de varias especies de flora y fauna como el manatí, el tiburón ballena, los manglares y la anidación de tortugas marinas. Después de mucha presión por parte de diversas organizaciones ambientales, incluida Greenpeace, los inversores desistieron de continuar con la construcción del complejo turístico.
Nayarit, más casos de depredación turística
En el estado de Nayarit, desde Greenpeace denunciamos al menos dos proyectos de turismo depredador, el primero de ellos fue el Centro Integralmente Planeado de Litibú (CIP), sobre el que denunciamos en los años 2005-2009 los daños ambientales ocasionados en el municipio de Bahía de Banderas, como el desmonte de grandes tramos de selva y la destrucción de corredores de fauna para la construcción de una carretera. Asimismo, también denunciamos al presidente panista Vicente Fox y al FONATUR, el principal promotor de este proyecto, por la venta de terrenos a empresas españolas a precios menores al mínimo legal, que llevó al FONATUR a recibir 35 millones de pesos menos de lo que debía haber recibido por estas ventas. Más información aquí.
El segundo proyecto que denunciamos en este estado en 2015 fue el de otro Centro Integralmente Planeado (CIP) del FONATUR en la zona de los Marismas Nacionales, ubicada entre Nayarita y Sinaloa, un área protegida que cuenta con cuatro variedades de manglar y que presta innumerables servicios ambientales a los habitantes de la región, como el suministro de agua. Las previsiones para este proyecto buscaban la construcción de un complejo de 44 mil habitaciones, entre hoteles y condominios, además de campos de golf, marinas y villas. Este proyecto presentaba grandes irregularidades y no tenía evaluación de impacto ambiental.
Como se pudo observar en este blog, Greenpeace ha denunciado un buen número de proyectos de turismo depredador en diversos estados de la República y frente a gobiernos de distintos partidos a lo largo de los años, una lucha por la protección ambiental y por el bienestar de las personas.
Sin una Manifestación de Impacto Ambiental objetiva y fundada en estudios científicos, la construcción del Tramo 5 del Tren Maya debe parar.
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