
Durante la temporada navideña, la imagen del oso polar aparece en anuncios, decoraciones y campañas festivas, evocando un símbolo navideño. Sin embargo, detrás de esto, se esconde una realidad alarmante, pues esta especie es una víctima del cambio climático.
De acuerdo con la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, el oso polar es una especie vulnerable y su hogar está en riesgo a causa de los impactos del cambio climático. El calor provoca el deshielo más rápido y fechas de congelación más tardías, lo que implica que los osos polares deben soportar periodos largos de ayuno en tierra.
¿Cómo afecta el cambio climático a los osos polares?

Datos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) señalan que el Ártico está calentándose al doble de velocidad que el resto del planeta, lo que produce que el hielo marino —su plataforma natural para cazar y desplazarse— disminuye un 12.1% cada década, dejando a esta especie en una situación crítica.
Esta acelerada desaparición del hielo marino no solo afecta la supervivencia diaria de los osos polares, sino que amenaza su futuro a largo plazo. Al perder acceso a sus presas, muchos se ven obligados a recorrer grandes distancias en busca de alimento, lo que provoca agotamiento, desnutrición y una mayor presencia en zonas habitadas por humanos.
Ante este panorama, otro estudio del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el hielo del Ártico podría desaparecer hacia 2100, debido al calentamiento global. El análisis afirma que los eventos extremos del nivel del mar que solían ocurrir una vez por siglo podrían ocurrir cada año a mediados de siglo.
De esta forma, la imagen idílica del oso polar en Navidad contrasta así con la dura realidad del cambio climático, convirtiéndose no en un símbolo, sino en un poderoso estandarte para concienciar sobre la urgencia ambiental.
Firma la petición y protege el Ártico antes de que el hielo desaparezca.
¿Cuántos osos polares quedan en el mundo?
Actualmente, se calcula que existen entre 22 mil y 31 mil osos polares en el mundo, según datos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Esta cifra refleja una población vulnerable, pues de mantenerse la tendencia actual, el oso polar podría desaparecer en el próximo siglo.

Respecto a la causa de defunción de esta especie, se debe a la escasez de alimentos presionada por la rápida pérdida de hielo marino. La escasez de alimento afecta especialmente a las hembras y a sus crías, disminuyendo la fertilidad y la supervivencia juvenil. Tal y como lo pudo atestiguar una expedición denominada “De polo a polo” que organizó Greenpeace.
Esta expedición mostró reducciones drásticas en poblaciones de pingüinos, lo que evidencia el desequilibrio de la cadena alimentaria que también alcanza al oso polar.
Actúa hoy por los osos polares y por nuestros océanos. Cada acción cuenta para frenar el calentamiento global que está destruyendo su hogar y poniendo en riesgo toda la vida marina.
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