Mi nombre es Jackie, soy campañista digital mexicana y recientemente estuve a bordo del barco Arctic Sunrise en el Océano Índico donde fui testigo de la maravilla de estos mares y tristemente de cómo la pesca industrial está devastando la fauna marina. 

Hoy quiero contarte mi experiencia y sobre todo transmitirte cómo tu apoyo es clave para impulsar la protección de los océanos en todo el mundo.

Tripulación a bordo del Arctic Sunrise en el Océano Índico.

Hubo muchos momentos impresionantes durante el tiempo que pasé a bordo del barco. Instantes que me quitaron el aliento y me maravillaron como las tortugas y delfines que constantemente pudimos observar nadando libres. Recuerdo que un día me desperté muy temprano y vi el amanecer más espectacular que jamás había visto, nunca olvidaré la paz que sentí y todos los colores que iluminaban el cielo.

Amanecer en el Océano índico a bordo del Arctic Sunrise.

Pero estos momentos de serenidad fueron interrumpidos continuamente por recordatorios del por qué los océanos necesitan urgentemente protección, pues vimos mucha basura plástica, desde botellas de agua flotando en medio de la nada hasta enormes redes de pesca abandonadas en el mar. Fuimos testigos de barcos de arrastre gigantes que usaban redes cinco millas más largas de lo permitido legalmente. Estos barcos en teoría estaban pescando atún. Pero, ¿la realidad? Las capturas “accidentales” iban desde tiburones hasta mantarrayas. Es muy, muy difícil y doloroso ver estos escenarios. 

Muchos pueden pensar que los mares del mundo son intocables y seguros para la vida marina, pero una vez allí, te das cuenta de que hay muchas prácticas ilegales. No hay piedad cuando se trata de la pesca destructiva.

Para poner la situación en perspectiva, observamos un barco durante una hora y vimos cómo capturaba incidentalmente unos 20 tiburones. 20 tiburones en una hora. Imagina cuántos son capturados en un día o en una semana. Es ahí cuando ya no resulta una sorpresa que la industria pesquera mate a 100 millones de tiburones cada año.

Tiburón capturado incidentalmente por la tripulación a bordo que pesca atún en el norte del Océano Índico.
Estos barcos a menudo pescan atún con redes de enmalle de 7 millas de largo. Pescar con una red de enmalle de más de 1,5 millas es ilegal.

El Tratado Global que puede cambiarlo todo

Los gobiernos del mundo deben reiniciar las negociaciones sobre el Tratado Global de los Océanos lo más pronto posible y tu apoyo ayudará a Greenpeace a aumentar la presión para lograrlo. 

Nuestra demanda es que al menos el 30% de los océanos del mundo estén protegidos para 2030. 

Durante la expedición, un equipo de científicos también se unió a nosotros en el Océano Índico para tener información actualizada de la vida marina debajo de la superficie. Las aguas aquí todavía son relativamente desconocidas, y nuestra investigación incluyó desde el uso de cámaras controladas a distancia para monitorear el estado de los corales hasta la grabación de sonidos de ballenas comunicándose bajo el agua.

Vehículo operado a distancia (ROV) sobre una pradera de pastos marinos en el banco Saya de Malha.

El equipo acumuló más de 500 horas observando la vida marina, mostrando cuánto está en riesgo de perderse y seguir construyendo el caso para la protección de los océanos, esto incluyó la recopilación de algunos de los primeros datos sobre pastos marinos en esta área. Sabemos que las praderas de pastos marinos son fundamentales para la lucha contra el cambio climático, ya que son un depósito vital de carbono, pero lo que se sabe sobre ellos es escaso. Haciendo posible expediciones como ésta, estás ayudando a cambiar eso. 

La joven científica y activista de las islas Mauricio: Shaama Sandooyea también se unió a nosotros para la primera huelga climática submarina del mundo. Las imágenes de la protesta recorrieron todo el mundo y fueron compartidas por Greta Thunberg. 

Mientras evidenciamos las amenazas en el Océano Índico a bordo del Arctic Sunrise, otro barco de Greenpeace -el Rainbow Warrior – se encontraba en el Océano Pacífico, donde los activistas realizaron la primera acción contra un barco que se preparaba para realizar minería submarina. Los científicos han advertido repetidamente que la minería en aguas profundas crea estragos en ecosistemas llenos de vida de los que se sabe muy poco y haremos todo lo posible para asegurarnos de que las profundidades del océano se mantengan fuera de los límites de la minería para siempre.

Estas recientes expediciones en barco son solo los últimos ejemplos del trabajo de Greenpeace para exponer y documentar las amenazas a nuestros océanos, realizando investigaciones científicas y enfrentando crímenes escondidos en aguas remotas. En los últimos años, hemos expuesto los métodos de pesca brutales utilizados por las empresas de atún enlatado, hemos emprendido con éxito acciones legales contra el gobierno para conseguir un mejor trato para las comunidades pesqueras locales, hemos protestado pacíficamente para bloquear el paso de los barcos pesqueros no regulados y más recientemente, hemos colocado rocas gigantes en el océano para evitar que los  barcos de arrastre rompan el lecho marino.

El banco Saya de Malha está ubicado entre Mauricio y Seychelles en el Océano Índico. 
Es la pradera de pastos marinos más grande del mundo y uno de los mayores sumideros de carbono en alta mar.

Para mí, personalmente, el reciente viaje al Océano Índico sigue fortaleciendo la conexión y compromiso profundo que tengo con Greenpeace, y la vida marina.

Además, me deja más decidida que nunca a comunicarte que todo lo que hacemos es parte de un trabajo en equipo del cual tú eres parte, pues tú estuviste ahí con nosotros. 

Las personas como tú están en el centro de todo lo que hacemos. 

He escuchado a muchos socios y voluntarios decir que ojalá pudieran hacer más, sintiendo que no hacen lo suficiente. Hoy quiero asegurarte que no hay nada más alejado de la realidad. Todos somos Greenpeace y todos dependemos unos de otros. Todos estamos conectados y juntos en esta misión por defender el planeta y gracias a ti, podemos seguir en la lucha por proteger los océanos del mundo y así, el futuro de las personas que amamos.

Suma tu voz y firma para la protección de los océanos: