Plastic Waste in Verde Island, Philippines. © Noel Guevara / Greenpeace

A crab was trapped inside a discarded Zagu milktea cup in Verde Island Passage, the epicenter of global marine biodiversity, in Batangas City, the Philippines.

Contrario al discurso que la industria del plástico ha querido señalar en medios de comunicación y en reuniones con legisladores de la comisión de medio ambiente del senado mexicano, las prohibiciones a los plásticos de un solo uso son una tendencia mundial.

Países como Reino Unido, Chile, los países de la Unión Europea, Kenia, Ruanda, Costa Rica, por nombrar algunos, le han declarado la guerra a los plásticos de un sólo uso y otros cuantos como Argentina, Colombia, Estados Unidos, y muchos más, han impulsado prohibiciones desde ciudades o estados. Este es el caso de México.

Todo comenzó el 2018 con el Municipio de Querétaro y el Estado de Veracruz, quienes aprobaron prohibiciones para artículos plásticos de un solo (o pocos) usos, medidas ante las cuales la industria a intentado ampararse legalmente, sin buenos resultados hasta ahora. Pronto siguieron otros estados como Baja California Sur, San Luis Potosí, Jalisco, Tamaulipas, Sonora y cada vez más estados se están sumando a esta tendencia mundial.

Recientemente los estados de Puebla, Tabasco, Nayarit e incluso la Ciudad de México, han regulado los plásticos estableciendo un marco legal que prohíbe que estos sean obsequiados por los comercios hacia sus clientes, con lo que se contribuye a que menos basura plástica se genere. Es así como a la fecha que hemos escrito este blog ya 19 estados tienen alguna regulación que prohíbe algunos plásticos de un sólo uso ¡Más de la mitad del país!

Sin embargo, en estas prohibiciones hay de todo, hay quienes prohíben artículos sencillos y prescindibles como los popotes (Chihuahua, Sinaloa) hasta otras legislaciones aventuradas que incluso prohíben el Unicel (Guerrero, BCS, Jalisco, CDMX), los envases de Tereftalato de polietileno conocido como PET (Oaxaca) o globos y cápsulas de café inclusive (CDMX). Hay quienes fomentan el uso de Biodegradables compostables (Puebla, CDMX) o reciclables en algún porcentaje (Jalisco, Nuevo León). La diversidad parece responder a la necesidad propia de cada estado, quizá dependiendo de la influencia de la industria o del atrevimiento de los legisladores por frenar en mayor o menor medida estos artículos en sus estados.

Lo importante es que México ha tomado consciencia de que el reciclaje no nos va a salvar de esta crisis de contaminación por plásticos -que cabe resaltar se da en medio de una crisis mundial por el clima y la pérdida de biodiversidad- que las acciones deben ser urgentes y radicales. Los estados ya han tomado esta bandera de lucha y manifiestan la necesidad de que esto quede plasmado a nivel federal en modificaciones a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR) ahora está en manos de nuestros senadores escucharlos y hacer eco de esta demanda social que muy pronto se expandirá por todo el país haciendo de nuestro país, el doceavo consumidor de plásticos en el mundo, un ¡México Desplástificado!

¡Firma!

¡Libérate del plástico!

¡Exijamos leyes que prohiban los plásticos de un solo uso! Las corporaciones evaden su responsabilidad porque no existe un marco que las regule. Desplastifiquemos México.

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