La erosión costera es un fenómeno natural provocado por factores meteorológicos, climáticos e hidrodinámicos. Sin embargo, su impacto se intensifica por actividades humanas como la extracción de arena, la construcción de diques, megaproyectos fósiles como plataformas petroleras o ductos, el bloqueo del drenaje pluvial y la destrucción de dunas para proyectos inmobiliarios.
De acuerdo con datos del Departamento de Observación y Estudio de la Tierra, la Atmósfera y el Océano de la Universidad de Villahermosa, en México, las costas de Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo son vulnerables a la erosión del oleaje, pero el cambio climático agrava la situación y pone en riesgo a regiones enteras.

Tal es el caso de El Bosque, Tabasco, donde la erosión costera ha despojado a sus habitantes de su modo de vida, de sus raíces y de su territorio, forzándolos a una reubicación que, aunque representa un logro histórico, aún tiene numerosos desafíos.
El Bosque, Tabasco: el efecto más grave de la erosión del suelo
La comunidad de El Bosque siempre ha sido un pueblo pesquero, y el mar, su principal fuente de sustento, pero en solo una década (hasta 2022), éste avanzó aproximadamente un kilómetro sobre la costa.

En esta pequeña comunidad de Tabasco la gente pide ser reubicada de forma tal que no pierdan su forma de mantenerse a través de la pesca. © Greenpeace / Gustavo Graf
Los servicios públicos se volvieron intermitentes o desaparecieron por completo, incluyendo el acceso a servicios sanitarios, educación y de salud. La red de combis dejó de circular debido al mal estado de la carretera, obligando a los habitantes a pagar taxis costosos para poder salir del pueblo.
Así, la comunidad de El Bosque se convirtió en la primera en ser reconocida oficialmente como desplazada climática en México. Esta condición refleja los graves efectos de la crisis climática, que han provocado la pérdida gradual de su territorio y su forma de vida.
Por eso se dice que El Bosque, Tabasco, es una comunidad pesquera que fue literalmente “tragada” por el mar, debido al cambio climático y a la erosión costera, lo que la convierte en un caso emblemático del desplazamiento climático en México.

Desde hace más de cinco años, la comunidad ha enfrentado una grave erosión costera, impulsada por el aumento del nivel del mar y fenómenos meteorológicos como nortes y huracanes.
Entre 2017 y 2022, el mar arrasó con 29 viviendas y dejó a otras 15 en riesgo. A esto se suma una drástica reducción en la actividad pesquera, con una caída de más del 50 % entre 2013 y 2022, debido a la sobrepesca, el deterioro ambiental, los cambios en la temperatura del agua y la presencia de plataformas petroleras que limitan las zonas de pesca y contaminan el mar.
¿Qué factores climáticos y humanos contribuyen al desplazamiento forzado de los habitantes de El Bosque?
El Bosque, Tabasco enfrenta una profunda vulnerabilidad institucional, reflejada en la ausencia de políticas claras para atender el desplazamiento climático, la desaparición del FONDEN y la falta de planificación para asignar terrenos seguros en los procesos de reubicación.
Aunque en noviembre de 2024 se entregaron 51 viviendas como parte de un programa de reubicación impulsado por la SEDATU y la CONAVI, algunas familias quedaron fuera del padrón de beneficiarios sin una justificación clara.

La comunidad fue trasladada a Frontera, pero el nuevo vecindario aún carecía de servicios básicos como agua y electricidad. Además, la reubicación no fue consultada con los habitantes, lo que generó descontento.
La incertidumbre sobre el futuro laboral de la población también es considerable. La nueva ubicación no cuenta con salida al mar, no dispone de un varadero para resguardar las lanchas, lo que dificulta seriamente la actividad pesquera.
Las acciones de los gobiernos estatal y federal han sido tardías. Y aunque la reubicación representa un avance, todavía persisten dudas sobre la equidad, sostenibilidad y continuidad de los medios de vida de las personas afectadas, lo que muestra claramente que los procesos de desplazamiento justo y digno no terminan con la reubicación, existe un proceso de adaptación al nuevo territorio y a las nuevas formas de vida en él que deben ser consideradas también en el proceso.

Tal vez por ello, según testimonios de los propios habitantes, adaptarse al nuevo entorno ha resultado difícil. Se reportan mayores temperaturas, sensación de encierro y soledad, en contraste con la libertad y conexión con la naturaleza que sentían en El Bosque, Tabasco.
¡Vivir con dignidad y seguridad es un derecho, no un lujo!
Nadie debería perder su hogar por culpa de la erosión costera y del cambio climático. ¡Tu apoyo cuenta!

Firma por derechos y justicia para las personas afectadas por la crisis climática.
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