¿Sientes agobio cuando ves las noticias sobre incendios forestales, inundaciones o huracanes? Si has respondido que sí, debes saber que lo que sientes se llama ecoansiedad.
De acuerdo con la Asociación Americana de Psicología, la ansiedad se define como una tensión emocional que produce pensamientos angustiantes, los cuales en el caso de la ecoansiedad se inclinan hacia una preocupación ante un cataclismo mundial.
Ahora bien, el riesgo es cierto, pues en 2022, la OMS reconoció que el cambio climático plantea graves riesgos para el bienestar. Por ello, urgió a crear políticas públicas que fomenten el apoyo a la salud mental como respuesta ante la crisis climática.

¿Está bien sentirse mal por la crisis climática?
Sí, es completamente normal, pues de acuerdo con la psicoterapeuta Caroline Hickman, investigadora en psicología y clima de la Universidad de Bath en Reino Unido, la ecoansiedad es una respuesta saludable a la crisis climática.
Un estudio denominado “Climate anxiety in children and young people and their beliefs about government responses to climate change: a global survey” en el que participaron 10 mil personas entre seis y 25 años de 10 países, reveló que 59% de los jóvenes están muy o extremadamente preocupados ante el cambio climático.
Sin embargo, esto va más allá, pues al menos 45% de los encuestados indicó que sus sentimientos ante esta crisis afectan negativamente a su vida diaria al pensar que van a vivir en un medio ambiente muy deteriorado.

¿Cómo se manifiesta la ecoansiedad? Tips para manejar la crisis
La ecoansiedad puede manifestarse de muchas formas, aunque Britt Wray, investigadora especializada en cambio climático y salud mental señala que las formas más comunes de manifestar ecoansiedad incluyen:
- Tristeza, enfado, culpa, impotencia, desesperanza, ira y angustia.
- Problemas para dormir, pensamientos obsesivos o catastróficos, falta de energía o concentración.
- Ataques de pánico, aumento de la frecuencia cardíaca o respiración rápida ante situaciones como el calor extremo.

En esta guía encontrarás mucho más recursos para equilibrar la ecoansiedad.
Pese a la gravedad de estos síntomas, Hickman afirma que la ecoansiedad no es algo que se deba combatir, sino algo con lo que hay que aprender a lidiar. Según la terapeuta se necesita aceptar estas emociones, en lugar de luchar contra ellas, estos son algunos consejos para tratar la ecoansiedad:
- Valida y procesa tus emociones, date permiso para sentir.
- Infórmate. Conocer el problema es fundamental para entenderlo, pero limita la exposición a noticias tendenciosas. Busca fuentes confiables, como Greenpeace.
- Transforma la ansiedad en acción, puedes unirte a grupos de voluntariado o donar a organizaciones para apoyar acciones concretas.
- Incorpora acciones individuales sostenibles como decir NO a los plásticos de un solo uso.
- Busca ayuda profesional y habla sobre cómo te sientes con especialistas en salud mental.
La ecoansiedad no es una debilidad, sino una respuesta racional a una crisis muy real. Por ello, la solución es actuar. Greenpeace preparó para ti una guía sobre cómo pensar, sentir y actuar frente a esta emergencia climática, porque la mejor forma de prevenir es actuar. Consúltalo aquí.