Uno de los temas más polémicos al hablar de debate energético, es el fracking, una cuestionada técnica para la extracción de hidrocarburos. En el marco del Día Internacional contra el Fracking, te contamos qué es y por qué es dañino para el medio ambiente.

El fracking es una técnica diseñada para extraer hidrocarburos, como gas y petróleo, que se encuentran atrapados en rocas de baja permeabilidad a profundidades de entre mil y 5 mil metros. Para la extracción se perfora un pozo vertical hasta alcanzar la capa de roca deseada. 

Stop Fracking Patagonia Action in Vaca Muerta, Argentina. © Osvaldo Tesoro / Greenpeace
© Osvaldo Tesoro / Greenpeace

A partir de ahí, la perforación cambia a una dirección horizontal, que puede alcanzar longitudes promedio de kilómetro y medio. Una vez completada, se inyecta a muy alta presión una mezcla de agua, arena y cientos de aditivos químicos. Esta mezcla fractura la roca, liberando los hidrocarburos para que puedan ser extraídos a la superficie.

¿El fracking es bueno o malo?

Aunque parece una solución para acceder a nuevas reservas energéticas, el fracking es una práctica intrínsecamente dañina para el medio ambiente y las comunidades cercanas.

Intensive Factory Farming in France. © Greenpeace

Las consecuencias del fracking incluyen un consumo masivo de agua, la contaminación irreversible de fuentes hídricas subterráneas y superficiales, la liberación de potentes gases de efecto invernadero como el metano y la generación de graves riesgos para la salud pública.

Al saber que es el fracking y la infraestructura que requiere, se comprende su incompatibilidad con la agricultura sostenible, debido al deterioro ambiental que provoca, ya que exige una necesidad de perforación continua y por ende, una fuente de contaminación continua.

¿Cuáles son los riesgos del fracking?

El fracking presenta peligros específicos que afectan directamente a recursos vitales como las fuentes de agua, la estabilidad climática y la salud de las personas.

Diversos análisis como los de la Alianza Mexicana contra el Fracking y el  Center for Biological Diversity en Estados Unidos coinciden en que el fracking:

  • Limita el uso del agua potable en zonas adyacentes porque requieren entre 9 mil y 29 mil metros cúbicos de agua para llevar a cabo el proceso.
  • Contamina mantos freáticos y aguas superficiales, ya que el líquido de fractura contiene entre 1 a 2% de aditivos químicos altamente tóxicos y cancerígenos, incluyendo benceno, tolueno, xileno, metanol, y 2-butoxietanol.
  • Contamina los suelos porque entre el 9 y el 80% del fluido inyectado regresa a la superficie. 
  • Genera emisiones de metano (CH4)
  • Genera sismos, según una investigación de la Universidad Cornell.
  • Daña los ecosistemas y produce pérdida de biodiversidad. 
  • Fragmenta el hábitat y produce erosión del suelo
Climate Emergency Action at the Australian Embassy in Buenos Aires. © Sebastian Pani / Greenpeace
El clima está cambiando. Nosotros también debemos hacerlo

Firma la petición y exige acciones reales contra la crisis climática.

Firma ahora

¿Qué pasa con el agua que se utiliza en el fracking?

El impacto sobre el agua es doble y devastador. El proceso completo de explotación, desde la perforación hasta la distribución, libera enormes cantidades de metano. 

Datos de la Alianza Mexicana contra el fracking estiman que las fugas de este gas en proyectos de fracking pueden ser un 30% superiores a las de proyectos de gas convencional, lo que acelera de forma significativa el calentamiento global

March in Buenos Aires against Offshore Oil Exploration. © Lucía Alejandra Prieto / Greenpeace
© Lucía Alejandra Prieto / Greenpeace

Además, se desconoce la cantidad exacta de las sustancias que se agregan al agua porque se considera secreto industrial. Sin embargo, investigaciones como la de la especialista en salud ambiental Theodora Colborn, del Instituto de Cambio y Alteración Endocrina de Colorado señalan que se usan entre 600 y 750 ingredientes, desde compuestos relativamente inocuos como granos de café, hasta sustancias tóxicas como plomo, arsénico y mercurio.

De estas, al menos el 25% pueden causar cáncer y mutaciones, mientras que más del 50% pueden provocar daños en el sistema nervioso.

La evidencia demuestra que los daños son permanentes al agua, el clima y la salud. Frente a esta realidad, Greenpeace dice NO al fracking y aboga por una transición energética justa y limpia. Súmate a Greenpeace para exigir un futuro sin combustibles fósiles.

Protest against Liquefied Natural Gas Imports in Brunsbüttel. © Greenpeace
El clima está cambiando. Actúa hoy

Tu donación ayuda a frenar la crisis climática y proteger nuestro futuro.

Dona ahora