¿Se puede comer rico, barato, sano y al mismo tiempo cuidar al medio ambiente? Esto es absolutamente una realidad que tenemos que poner en práctica para mitigar los efectos del cambio climático.
De acuerdo con el informe de Greenpeace Menos es Más, a nivel global, el 24% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) provienen de la agricultura, y las emisiones de la ganadería (incluido los cambios en el uso del suelo) representan el 14% . En México, el 15% de todas las emisiones provienen de este sector, pero nuestra dieta también es un problema para nuestra salud: de 1989 a 2000, el consumo mundial de productos de origen animal aumentó más del triple en las zonas rurales y casi se cuadruplicó en las zonas urbanas. Sin embargo, para ese mismo periodo el porcentaje global de personas con sobrepeso aumentó de forma importante, pasando del 23% al 39% (1.900 millones en la actualidad).
“Un mayor consumo de productos de origen animal, cereales refinados y azúcar está relacionado con un mayor índice de obesidad a nivel mundial. El aumento de consumo de alimentos no saludables a nivel mundial ha hecho que la dieta sea uno de los principales factores de riesgo a la hora de sufrir una muerte prematura o de tener más probabilidades de sufrir una enfermedad. Una dieta subóptima (por ejemplo, pocas frutas, pocos cereales integrales, pocas verduras y mucha carne) es uno de los principales factores de riesgo de la mortalidad prematura en el mundo y representa casi una de cada cinco muertes”, de acuerdo con el informe de arriba.
Te damos algunos tips para una alimentación completa, pero sobre todo saludable y sustentable:
1.- Reduce las porciones de carne y lácteos
Reduce de a poco las porciones de carne que comes hasta consumir 300g o menos; esta es la medida estimada por Greenpeace que se requiere de consumo por persona para conseguir reducir a la mitad los niveles actuales de producción ganadera. Por ejemplo, un vaso de leche representa aproximadamente 200 gramos. Intenta sustituir este consumo diario por un vaso de agua o una leche de origen vegetal: arroz, avena, almendra, etc. Busca nuevas recetas y sustituye las carnes en tu platillo por otro producto. También puedes destinar uno o dos días libres de carne cada semana; cuando vayas a las fondas o restaurantes pregunta siempre si tienen una opción sin carne.
2.- Consigue una dieta ecológica, saludable y diversa
Hay más de un ejemplo para elegir la mejor dieta. Por ejemplo, la dieta planetaria es un modelo alimentario que conjunta salud y sustentabilidad. Se basa en lograr platillos que contengan una ingesta calórica óptima, diversidad de alimentos de origen vegetal y bajas cantidades de alimentos de origen animal y grasas insaturadas. El tip principal es garantizar cantidades limitadas de granos refinados, de alimentos altamente procesados y azúcares añadidos. El otro tip es lograr que la carne no sea el alimento principal de tu platillo. Te dejamos aquí una lista de recetas de las que puedes echar mano.
Otro ejemplo es la dieta de la milpa, que es un modelo saludable de alimentación de origen mesoamericano, que tiene como centro nutritivo-cultural a los productos de la milpa (maíz, frijol, chile y calabaza), así como otros alimentos de origen mesoamericano que se consumen en México. Por todo esto es culturalmente adecuada, diversa y rica en vegetales.
3.- Planifica tu menú
Hazte un tiempo. Tu alimentación es importante. Elige un día para planificar tu dieta de toda la semana. Considera tu presupuesto, el tiempo que tienes para preparar los alimentos, los días que puedes comer en casa y los nutrientes que necesita tu cuerpo. Diseña planes realistas y procura eficientar recursos: prepara platillos que te duren hasta por dos o tres días, compra alimentos que sirvan para más de un platillo y calcula porciones suficientes.
4.- Consume local e infórmate sobre el valor nutricional de tus alimentos
Ve al mercado más cercano a tu casa. Conoce a las y los proveedores, pregúntales de dónde traen sus productos. Pregunta cuál es la fruta o verdura de temporada y cómo puedes prepararla. También puedes preguntar cuáles son los nutrientes de cada alimento. En muchas ocasiones las y los vendedores en los mercados o tianguis son a su vez las y los productores de lo que ofrecen, o están en comunicación con las y los productores primarios.
Recuerda que las cadenas cortas agroalimentarias (alternativas de mercado que implican proximidad geográfica, organizacional y social entre quienes producen y quienes consumen) se caracterizan por reducir al mínimo la intermediación en sus intercambios, ofrecen productos cultivados y criados mediante prácticas agropecuarias sostenibles y promueven la construcción de relaciones de confianza entre productores y consumidores basadas en la comunicación veraz, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Conoce nuestro directorio de negocios sustentables.
5.- Comparte tus recetas y tips con otras personas
Reúne todas las nuevas recetas que lleves a cabo para una alimentación más sana y sostenible, y compártelas en tus redes sociales, familiares y personas cercanas. Si te toca llevar un platillo a las fiestas, procura llevar siempre opciones saludables que incluyan alimentos locales, basados en vegetales y de temporada. Así cada vez más personas se convencerán de que comer sano, barato y ecológico es posible.
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Hoy tenemos la oportunidad de hacer frente a esta crisis y reinventar nuestro estilo de vida y el modelo actual de consumo masivo hacia uno que sea más sustentable, donde consumamos responsablemente, poniendo a las personas y al planeta en el centro.
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