Se estima que cada año ingresan a los océanos cerca de 14 millones de toneladas de residuos plásticos, las cuales interactúan con cientos de especies marinas y pueden ocasionarles problemas como asfixia, enredados, amputaciones, inanición, desnutrición, envenenamiento, e incluso la muerte.1 Este problema también genera afectaciones a la salud humana, ya que se ha relacionado a los plásticos y a los químicos tóxicos que contienen diversas enfermedades como diferentes tipos de cáncer, problema hormonales o reproductivos, e incluso padecimientos como el Parkinson. 2
© Consuelo Pagaza / GreenpeaceSentencia judicial y su alcance en la legislación ambiental
Reconociendo estas graves implicaciones ambientales y de salud, el 15 de agosto pasado, un Tribunal Colegiado resolvió a través de un amparo que el Congreso de la Unión deberá iniciar los trabajos para legislar e inclusive prohibir la comercialización y empleo de plásticos de un solo uso, reconociendo sus impactos a la salud y al ambiente y el deber del Estado de prevenir la exposición a estas sustancias tóxicas.
La resolución del Tribunal también reconoce que el Congreso de la Unión no ha ejercido las facultades que le concede la Constitución en materia de regulación de plásticos de un solo uso como el PET y el Unicel, por lo cual también ha incumplido con los Tratados internacionales de los cuales es parte, vinculados con el derecho a la salud, la protección del ambiente, y los principios de precaución y prevención relacionados con los plásticos de uso único. De ahí la obligación de avanzar con una legislación que prohíba estos plásticos, especialmente los no esenciales, que constituyen una fuente de contaminación y conllevan efectos nocivos para la salud.
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© Consuelo Pagaza / Greenpeace” alt=”Staff de Greenpeace México frente al Senado durante manifestación.” class=”wp-image-54553″/>


