El Tratado Global de los Océanos es un esfuerzo extraordinario para la conservación de los mares, resultado de más de 20 años de negociaciones internacionales. Al ratificar el Tratado Global de los Océanos, México adquiere una gran responsabilidad, te contamos por qué es tan importante este paso.

Los océanos son el pulmón azul del planeta, datos del programa de Acción por el Clima de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), indican que producen más del 50% del oxígeno que respiramos, absorben cerca del 90% del calor generado por el cambio climático y capturan enormes cantidades de CO2, frenando así el avance del calentamiento global. Son también hogar de millones de especies —muchas aún por descubrir— y sostén de complejos ecosistemas que dependen de un océano sano para existir.

Fotografía submarina de una medusa campana roja (Crambione mastigophora) en las aguas del arrecife de Ningaloo.
Foto tomada durante un recorrido en barco de Greenpeace para documentar y dar testimonio de los paisajes y la vida marina. © Lewis Burnett / Greenpeace

Además, más de 3 mil millones de personas en el mundo dependen del pescado como su principal fuente de proteína animal. Por eso, proteger los océanos no es solo proteger la biodiversidad, es garantizar la seguridad alimentaria de millones de personas.

En septiembre de 2023, Greenpeace publicó el informe denominado “30×30: From Global Ocean Treaty to Protection at Sea”, el cual señala cómo están aumentando las presiones acumulativas en alta mar y cuantifica la creciente actividad pesquera industrial en áreas destinadas a protección, utilizando datos de Global Fishing Watch.

¿Qué es el Tratado Global de los Océanos?

Frente a esta realidad, el Tratado Global de los Océanos surge con el objetivo de proteger al menos el 30% de las aguas internacionales para 2030, mediante la creación de áreas marinas alta o completamente protegidas, evaluaciones ambientales rigurosas y la distribución justa de los beneficios de los recursos genéticos marinos, pero sobre todo, busca que la ciencia y la cooperación internacional sean el corazón de las decisiones que marcarán el destino de los océanos.

Fotografía submarina de una tortuga verde en la isla Apo.

No ha sido fácil llegar hasta aquí, el Tratado de los Océanos es resultado de varios lustros de debates, por la enorme complejidad que implica regular zonas tan vastas y remotas del planeta. 

México ha respondido a estas preguntas con determinación. Su adhesión al Tratado Global de los Océanos no solo demuestra compromiso con la conservación del océano, sino también liderazgo en la agenda ambiental global.

En un momento en que la humanidad enfrenta una de las mayores crisis ambientales de su historia, México da un paso firme en la lucha por la preservación de los mares, un tema que no solo es vital para el equilibrio ecológico, sino esencial para nuestra propia supervivencia.

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¿Qué establece el Tratado de los Océanos?

Después de más de 20 años de esfuerzos y negociaciones, los países del mundo llegaron a un acuerdo histórico en el seno de las Naciones Unidas: el Tratado Global de los Océanos, o Acuerdo de Biodiversidad más allá de la Jurisdicción Nacional. Este tratado marca un antes y un después en la forma en que protegemos nuestros océanos.

¿Por qué es tan urgente? Según el científico marino Joaquim Garrabou, el tratado de océanos busca proteger esta región y es clave para frenar la pérdida de biodiversidad y enfrentar la crisis climática global porque la alta mar, esa vasta zona que no pertenece a ningún país, juega un papel esencial en el equilibrio del planeta. 

La situación es crítica: de acuerdo con la UNESCO, casi la mitad de las especies marinas podrían estar en peligro de extinción antes de que termine este siglo, si no actuamos de inmediato. 

Fotografía de una nutria marina en Morro Bay,
Nutrias marinas del sur (especie amenazada según la Ley de Especies en Peligro de Extinción). © David McNew / Greenpeace

Es preciso mencionar que el Tratado Global de los Océanos no implica dejar de aprovechar los recursos del mar, sino hacerlo con respeto y responsabilidad, permitiendo que los ecosistemas marinos se regeneren y sigan sosteniendo la vida además de que esto sea de forma equitativa entre los países. Este es un paso enorme para cuidar los océanos. 

Historia del Tratado Global de los Océanos

La historia del Tratado de Océanos comienza a inicios de la década de los dos mil, cuando diversas organizaciones ambientalistas y científicos comenzaron a alertar sobre la necesidad de un acuerdo internacional que protegiera la zona de alta mar. 

En 2004, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) empezó a considerar este tema, pero el proceso fue complicado por los intereses económicos, pesqueros y políticos de muchos países.

La lucha nunca terminó, pero no fue sino hasta el 24 de diciembre de 2017 que la Asamblea General decidió convocar una Conferencia Intergubernamental en el marco de la Convención sobre el Derecho del Mar relativo a la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas fuera de la jurisdicción nacional.

Sesión en la ONU con activistas y diplomáticos, junto a cartel de Greenpeace sobre protección de los océanos, en él se lee "30x30, necesitamos proteger el 30% de nuestros océanos para 2030".
Delegación de Greenpeace en la ONU para las negociaciones del Tratado Global de los Océanos en Nueva York, 2019. © Stephanie Keith / Greenpeace

En 2018, comenzó el proceso de preparación del borrador cero del instrumento y tras diversas reuniones que tuvieron que ser suspendidas a causa de la pandemia, el 19 de junio de 2023, la Conferencia aprobó por consenso el Tratado Global de los Océanos.

Vale destacar que los primeros países en ratificar el tratado de océanos fueron Chile y las Islas Palau en enero de 2024. Para junio del mismo año, se unieron Maldivas, Mauritania, 

Seychelles, Bangladesh, Barbados, Mónaco, Singapur, Santa Lucía, Timor Oriental, Panamá, República de Malaui, las Islas Marshall, Micronesia y Belice. 

Hasta junio de 2025, 50 países han ratificado el Tratado de océanos, lo que no ha permitido su puesta en marcha con plenitud, pues para su implementación es necesario completar al menos 60 países que lo ratifiquen.

¿Qué sigue para México con el Tratado Global de los Océanos?

El 20 de septiembre de 2023, México dio un paso importante al firmar el Tratado Global de los Océanos, siendo de los primeros países en hacerlo, pero lo mejor está por venir pues con su reciente ratificación, el 25 de junio de 2025 por el pleno del Senado de la República, México está a punto de sumarse a los países que permitirán que el Tratado entre en vigor.

Fotografía de acción de Greenpeace México en el Monumento a la Revolución con una proyección que dice "Protejamos nuestros océanos"
Greenpeace proyecta imágenes y videos en el Monumento a la Revolución exigiendo al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, que se comprometa a impulsar y lograr liderazgo regional hacia el Tratado Global para los Océanos, 2023. © Greenpeace

Ahora el Tratado será enviado de vuelta a la Presidencia de la República para su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Una vez hecho esto, México deberá depositar su ratificación en las Naciones Unidas, sumando ahora sí al conteo de los 60 países necesarios para la entrada en vigor de este instrumento internacional.

Si bien se trata de un gran logro, aún falta mucho por hacer, ya que entrado en vigor el Tratado y comenzando las Conferencias de las Partes (COPs) los países tendrán que mantener su determinación y colaboración internacional para crear los primeros santuarios marinos que logren proteger la biodiversidad y que permitan pasar del papel del Tratado a la práctica.

En Greenpeace consideramos que la ratificación del tratado de océanos permitirá no solo establecer áreas marinas protegidas, sino también incidirá en que cualquier actividad humana en alta mar —como la minería submarina— tenga límites claros que pongan en el centro la protección de los ecosistemas oceánicos y no los intereses corporativos. 

Activistas de Greenpeace Internacional de todo el mundo remando y protestando alrededor de MV COCO, un buque de perforación offshore especializado que actualmente recopila datos para The Metals Company, líder en minería en aguas profundas.
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