Calidad del aire: un asunto de vida o muerte

El aire es mucho más que una mezcla de gases. Gracias al oxígeno, respiramos; gracias al dióxido de carbono, las plantas hacen fotosíntesis. El aire hace posible la vida… pero no cualquier aire.

Necesitamos aire limpio, no solo aire.

Canadian Wildfire Smoke in New York. © Katie Camosy / Greenpeace

Hoy el aire que respiramos está cada vez más contaminado, lo que reduce su calidad y pone en riesgo nuestra salud. Aunque nunca ha sido completamente puro (por fenómenos naturales como erupciones o incendios), fue la industrialización, el crecimiento urbano y el uso intensivo de combustibles fósiles lo que provocó que este problema se volviera global.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala como principales contaminantes del aire: Material particulado (PM10 y PM2.5), monóxido de carbono (CO), ozono (O₃), dióxido de nitrógeno (NO₂) y dióxido de azufre (SO₂).

Activistas colocando una mascarilla y un tanque de oxígeno en la estatua de Diana Cazadora en la Ciudad de México con el mensaje “El aire en México MATA” para exigir aire limpio.

La contaminación del aire tiene un impacto directo en la salud y la vida:

  • En 2021, causó 8.1 millones de muertes en todo el mundo (ONU).
  • En 2019, la OMS atribuyó 6.7 millones de muertes prematuras a la contaminación del aire.
  • El 99% de la población mundial vive en zonas con niveles de contaminación superiores a lo recomendado.
  • En América, hubo 380 mil muertes prematuras por esta causa.

Además, afecta la economía: disminuye el rendimiento laboral, la productividad del campo y daña el patrimonio.

Grupos más vulnerables:
? Niñas y niños
? Personas mayores
? Personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares

Datos que preocupan

  • En México, el 64% de las emisiones contaminantes provienen del uso de combustibles fósiles (INECC 2015).
  • Cada año, mueren al menos 1,680 niñas y niños menores de 5 años por enfermedades relacionadas con la contaminación del aire (Greenpeace + Redim, 2018).
  • La mala calidad del aire provoca ausentismo laboral e incapacidades por enfermedades respiratorias (SEMARNAT).
Protest to Denounce Delay on Climate Action by the Government in Mexico City. © Consuelo Pagaza / Greenpeace

El Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SINAICA) monitorea la calidad del aire en México a través de una red de estaciones.

Usa el Índice Aire y Salud, que evalúa los seis principales contaminantes del aire y los clasifica en 5 niveles:

icono buena calidad de aire

Buena (verde)

Calidad del aire aceptable

Aceptable (amarillo)

calidad del aire mala

Mala (naranja)

Calidad del aire muy mala

Muy mala (rojo)

Calidad del aire extremadamente malo

Extremadamente mala (morado)

Cuando los niveles son peligrosos (por ozono o partículas PM), se activa una contingencia ambiental con medidas restrictivas para reducir emisiones y proteger a la población.

Activista de Greenpeace México usando un cubrebocas mientras protesta en Viaducto, CDMX, por la mala calidad del aire.

Las Normas Oficiales Mexicanas (NOMs) establecen límites aceptables de contaminantes para proteger la salud.

Sin embargo, durante muchos años, México tuvo normas más permisivas que las de la OMS.

En 2021, tras años de trabajo conjunto con organizaciones, incluidas Greenpeace, se publicaron nuevas NOMs para material particulado y ozono, alineadas con estándares internacionales. Su implementación será gradual entre 2022 y 2027.

Desde 1993, Greenpeace México ha:

  • Promovido la movilidad sustentable: metrobús, ciclovías, “Hoy No Circula”.
  • Exigido normas más estrictas sobre calidad del aire alineadas con la OMS.
  • Impulsado un cambio gradual en las NOMs mexicanas para proteger la salud humana.
  • Defendido la transición hacia energías limpias y sostenibles.
Activistas de Greenpeace protestan con bicicletas afuera de la oficina de SEMOVI (Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México, entidad responsable del transporte público en la Ciudad de México) para denunciar el retraso en la ejecución del proyecto de movilidad Trolebici.

Aunque la calidad del aire depende en gran medida de políticas públicas, tú puedes ayudar:

Usa bicicleta, transporte público o comparte auto.

Reduce el uso del coche y evita dejarlo encendido innecesariamente.

No quemes basura, hojas ni madera.

Exige energías limpias y políticas ambientales en tu ciudad.

Infórmate y comparte información confiable.

Fotografía de una mujer en campos de girasoles y maíz.
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