Megaproyectos inmobiliarios
Vivir en medio de la Selva Maya es un derecho de sus habitantes originarios, no un privilegio para unos pocos.

¿Qué está pasando en la selva maya?
La Selva Maya está siendo devastada por desarrollos inmobiliarios que talan miles de árboles, secan cenotes y desplazan a la fauna silvestre, todo para vender una ilusión de “lujo en medio de la naturaleza” que en realidad destruye lo que la hace valiosa.
Invertir en estos proyectos mientras destruimos el ecosistema que nos protege del cambio climático no solo es contradictorio: es peligroso. Es como quemar la casa donde queremos vivir. Lo que realmente necesitamos es apostar por un futuro sostenible, no por modelos de especulación que priorizan la ganancia rápida sobre la vida.
¿El resultado de seguir así? Perdemos biodiversidad, rompemos el equilibrio ecológico y deterioramos servicios vitales como la regulación del clima, la captación de carbono y el resguardo del agua.
Una amenaza sin precedentes en la Península de Yucatán
Hoy, la Península de Yucatán enfrenta una presión inmobiliaria sin precedente:

Cambios irregulares en el uso de suelo

Expansión descontrolada de desarrollos turísticos y residenciales

Devastación de la selva y afectación de los recursos hídricos

Solución: Vivienda sostenible y con ordenamiento
En Greenpeace no nos oponemos al turismo ni a la vivienda. Lo que denunciamos es un modelo inmobiliario que prioriza las ganancias de unos pocos por encima de los derechos de las comunidades y el equilibrio ecológico.
¿Qué proponemos?
- Un ordenamiento territorial justo que proteja la biodiversidad.
- Proyectos turísticos sostenibles y comunitarios, no masivos.
- Respeto a los pueblos originarios y su derecho al territorio.
- Protección de zonas clave como manglares, cenotes, selvas y acuíferos.
¿Qué estamos haciendo?
Desde Greenpeace, llevamos años alzando la voz por la Selva Maya. Gracias a la presión ciudadana, logramos frenar proyectos como:
- Un mega parque hotelero e inmobiliario de Xcaret cerca de la zona arqueológica de Uxmal, que implicaba la tala de más de 160 mil árboles.
Seguimos documentando y denunciando los impactos de los megaproyectos inmobiliarios y exigiendo a las autoridades que cumplan con su deber de proteger el patrimonio ambiental de México.

Exigimos un modelo que respete tanto el derecho a la vivienda como el derecho a un entorno sano.
Necesitamos un cambio estructural
La defensa de la Selva Maya no puede ser caso por caso. Exigimos un ordenamiento territorial que:

Ponga la protección ambiental al centro

Respete a las comunidades locales

Promueva un turismo verdaderamente sostenible y comunitario
¿Qué puedes hacer tú?

Firma la petición
Necesitamos proteger ahora las áreas naturales clave de la península antes de que la especulación y el turismo masivo las destruyan.

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