Durante los últimos años, la península de Yucatán ha sido el escenario de un acelerado crecimiento urbano, especialmente en zonas como Telchac Puerto, Progreso, El Cuyo, San Bruno, Mérida y San Crisanto. Sin embargo, lo que hay detrás de los mejores desarrollos inmobiliarios en Yucatán resalta un precio muy alto de vivir en el paraíso.
La industria inmobiliaria en Yucatán se ha posicionado a nivel mundial debido a la idea de “vender” un paraíso seguro y tranquilo, por ello, cada vez más personas buscan adquirir una casa en Mérida o invertir en lo que se promociona como los mejores desarrollos inmobiliarios en Yucatán.
De modo que la idea de adquirir una casa en Mérida destaca la cercanía a la playa, la conexión con la naturaleza y el bajo costo en comparación con otras ciudades turísticas del país. Sin embargo, estas supuestas ventajas tienen un costo oculto.

Desarrollos en Mérida, riesgos para la flora y la fauna
En 2007, se puso en marcha un Programa de Ordenamiento Ecológico del Territorio Costero del estado de Yucatán que puso énfasis en evitar la erosión y proteger la duna de la deforestación, ya que se trata de una formación de arena cubierta por vegetación que preserva ecosistemas ante huracanes y tormentas tropicales.
Con el objetivo de proteger la arena del ecosistema, la norma estableció que las construcciones debían alejarse como mínimo 60 metros de costa y respetar la duna. Además, los edificios no podrían tener una altura mayor a los siete metros. Sin embargo, años después, en 2014, se derogó la normativa y ahora cada municipio es libre de aplicar o no dicho instrumento.
Lo que pocos conocen es que los desarrollos en Mérida implican construcciones sin una planificación ambiental adecuada, riesgos para la flora, la fauna y la inminente degradación de suelos que no tienen características apropiadas para la construcción.

Tal es el caso del suelo en gran parte de la zona costera yucateca, especialmente cerca de los manglares, donde no está preparado para soportar estructuras pesadas. Aun así, cada año se levantan más edificios que alteran la dinámica del terreno y aumentan el riesgo de colapso frente a fenómenos naturales como los huracanes.
Una de las afectaciones más graves a la fauna es la construcción de edificios, pues afectan el paso de las aves del mar al manglar causando que se dispersen. Asimismo, el suelo de la costa de Yucatán no está preparado para soportar tanto peso, porque esta zona tiene suelo pantanoso y no tiene las características para soportar inmuebles de gran peso; situación que se agrava con el paso de fenómenos naturales como los huracanes.
La tala de manglares, la obstrucción de corredores ecológicos y la alteración de la dinámica de dunas son algunos de los efectos más evidentes. Esto impacta a especies clave como aves migratorias, tortugas marinas, jaguares, monos araña y otras formas de vida que habitan en el ecosistema costero y selvático de Yucatán.

La Selva Maya y su riqueza cultural están en peligro. Aún estamos a tiempo de protegerlas.
Alza la voz aquíGreenpeace México ha alertado de los casos en muchos de estos “mejores desarrollos inmobiliarios en Yucatán”, que son vendidos como lujosos y sostenibles, pero no cumplen con los criterios básicos de respeto ecológico.
Lo preocupante es que muchas personas desconocen que comprar una casa en Mérida o uno de los mejores desarrollos inmobiliarios en Yucatán puede implicar un impacto directo en ecosistemas frágiles, como las dunas, los cenotes y los manglares.
El precio por vivir en este paraíso incluye no solo la transformación del paisaje, la afectación de flora y fauna y también la exclusión de comunidades locales que históricamente han habitado y cuidado de estos territorios.
Desarrollos en Mérida afectan al suelo
Los desarrollos en Mérida se han multiplicado al ritmo del interés inmobiliario nacional e internacional. Empresas del sector promueven la venta de terrenos o propiedades en zonas de alta fragilidad ambiental con slogans como “vive frente al mar” .

Muchos de estos proyectos entran al mercado bajo el nombre de los mejores desarrollos inmobiliarios en Yucatán, ofreciendo precios accesibles y amenidades exclusivas como albercas, gimnasios, bares y acceso privado a la playa.
Sin embargo, detrás de esta fachada atractiva se esconde una historia menos idílica. Para levantar una casa en Mérida o construir uno de los mejores desarrollos inmobiliarios en Yucatán, muchas veces se remueve vegetación de dunas, se destruyen formaciones naturales, y se bloquea el acceso público a las playas, afectando directamente a la población local.
Medios locales como JalTun han documentado casos de desarrollos donde se excava hasta llegar al estrato rocoso, removiendo toda vegetación y afectando de forma irreversible a la duna y al suelo de la región.
Además, existe evidencia de que los mejores desarrollos inmobiliarios en Yucatán han contribuido a la erosión costera, al desplazamiento de la fauna silvestre, y al aumento de denuncias por ocupación ilegal de zonas federales.

A medida que el concepto de casa en Mérida se vuelve sinónimo de estatus o inversión, los impactos sociales se profundizan. La población local, especialmente en comunidades como Telchac Puerto y San Crisanto, enfrenta una pérdida de espacios comunes, aumento en el costo de vida y obstáculos para mantener su forma de vida, que muchas veces gira en torno a la pesca y el aprovechamiento sostenible del territorio.
Greenpeace México ha denunciado que muchos de estos megaproyectos son promovidos por grandes corporaciones que actúan sin consulta previa a las comunidades locales ni respeto por la legislación ambiental. De hecho, de 2018 a 2024 se han registrado casi 200 denuncias ante Profepa por afectaciones ambientales relacionadas con construcciones en zonas costeras de Yucatán.
En un contexto en el que se venden terrenos como parte de los mejores desarrollos inmobiliarios en Mérida, es urgente cuestionar qué se está perdiendo en nombre del “progreso”. Cada vez más personas adquieren una casa en Mérida sin conocer los impactos acumulativos de estos proyectos.

Por otro lado, organizaciones comunitarias como el Ejido San Crisanto A.C. y voluntarios trabajan incansablemente en la reforestación de dunas, la protección de tortugas marinas y la educación ambiental, intentando contrarrestar los efectos de esta expansión urbana.
Greenpeace México insiste en que no se puede seguir construyendo bajo un modelo de desarrollo que destruye lo que se supone es el principal atractivo: la naturaleza. Advierte que si no se detiene la expansión sin planificación, lo que hoy se vende como paraíso, mañana podría convertirse en otro desastre ecológico.
Ante este panorama, Yucatán está en una encrucijada, pues los mejores desarrollos inmobiliarios en Mérida prometen calidad de vida, lujo y contacto con la naturaleza, pero a menudo lo hacen a costa del medio ambiente y de las comunidades locales.
No podemos quedarnos callados mientras destruyen la península de Yucatán para construir los mejores desarrollos inmobiliarios en Mérida que no valen más que la selva, el agua y la vida que están arrasando. ¡Exijamos un alto! ¡Selva sí, cemento no!

La selva está siendo reemplazada por concreto. Súmate y exige un alto.
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