Combustibles fósiles

Los combustibles fósiles son la primer fuente de aceleración del cambio climático.

Burning Oil from Oil Rig Disaster. © Daniel Beltrá / Greenpeace

Los combustibles fósiles —como el carbón, el petróleo y el gas fósil— son una fuente de energía no renovable formada a partir de restos de plantas, animales y microorganismos que se descompusieron hace millones de años.
Hoy, según la ONU, representan el 80% de la demanda energética mundial. Si seguimos dependiendo de ellos, y esa demanda casi se duplica para 2050, las consecuencias climáticas serán catastróficas.

Climate Emergency Action at the Australian Embassy in Buenos Aires. © Sebastian Pani / Greenpeace
© Sebastian Pani / Greenpeace

Carbón

Formado por la compactación de materia vegetal. Se extrae principalmente de minas a cielo abierto y subterráneas.
Su consumo se ha duplicado desde mediados del siglo XX.

March in Buenos Aires against Offshore Oil Exploration. © Lucía Alejandra Prieto / Greenpeace
© Lucía Alejandra Prieto / Greenpeace

Petróleo

Proviene de restos de microorganismos marinos acumulados en el fondo del mar.
Se extrae con plataformas y se refina para generar combustibles, plásticos y productos químicos. Contamina masivamente en cada etapa de su producción y uso.

Protest against Pipeline Laying in the Island of Rügen. © Greenpeace
© Greenpeace

Gas fósil

Mal llamado gas natural, es un compuesto principalmente de metano, se encuentra comprimido en las profundidades terrestres.
Se extrae mediante perforación.

Projection Action at Thermoelectric Plant in Tula, Hidalgo. © Greenpeace / Pepe Rodríguez

En México, el 64% de las emisiones contaminantes provienen de combustibles fósiles.
Esto tiene impactos directos en nuestra salud y medio ambiente.

La mala calidad del aire es uno de los efectos más graves. Cada año, al menos 1,680 niñas y niños menores de 5 años mueren en México por enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica.

Por eso, en Greenpeace México llevamos más de 30 años luchando contra el uso de combustibles fósiles.
Porque defender el aire, el clima y la vida es urgente y posible.

En Greenpeace México llevamos décadas luchando para que el país deje de depender de los combustibles fósiles y avance hacia una transición energética justa y sustentable. Lo hacemos desde campañas públicas, incidencia política y acciones directas no violentas.

Hoy, una de nuestras luchas más urgentes es contra el megaproyecto Puerta al Sureste, un gasoducto impulsado por la empresa TC Energía que pretende instalar más de 700 km de infraestructura fósil desde Veracruz hasta la Península de Yucatán.

Floating Protest against Gas Drilling off Borkum. © Chris Grodotzki / Greenpeace
Icono de arrecife en peligro

Amenaza arrecifes de coral y especies endémicas

icono de torres de energía de alta tensión entre fronteras

Aumenta la dependencia energética de México hacia EE. UU.

icono modelo de industria

Fortalece un modelo que privilegia a las industrias, no a la gente

icono cambio climático

Profundiza la crisis climática y ambiental

La industria fósil dice que este gasoducto traerá desarrollo, pero detrás de su discurso se esconden mentiras disfrazadas de progreso: que el gas es limpio, que reduce emisiones, que es más barato y que beneficia a las comunidades. Nada de eso es cierto. Mientras millones de personas enfrentan pobreza energética, las grandes empresas siguen lucrando con la destrucción del planeta.

Protest at the Neptun Deep Construction Site in Romania. © Răzvan Dima / Greenpeace
  • Alto a la dependencia de combustibles fósiles
  • Cancelación inmediata del gasoducto Puerta al Sureste
  • Transición justa y urgente hacia energías renovables
  • Acciones reales, no falsas soluciones

En Greenpeace no aceptamos dinero de empresas, partidos políticos ni gobiernos. Nuestra fuerza viene de personas como tú.
Tu donación nos permite mantener campañas independientes, investigar, hacer incidencia y llevar a cabo acciones directas para proteger el planeta.

Exige que la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) cancele el gasoducto Puerta al Sureste. Tu firma puede marcar la diferencia y ayudar a frenar este megaproyecto que pone en riesgo el clima, el mar y nuestras comunidades.