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Piensa en tu rutina regular de escuela o trabajo: escuchas el despertador, lo apagas, revisas las notificaciones de tu celular, contestas algunos mensajes y te preparas para iniciar tu día.

Quizá no te lo imaginas, pero en esta serie de pasos rutinarios ya contribuiste un poco a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI); es decir, aquellos que incrementan la temperatura de la Tierra.

Por ello, el aumento de la emisión de GEI tiene una relación directa con el calentamiento global. El uso del celular, los smartphones (un aproximado de 3 mil 500 millones de usuarios en el mundo) y de servicios de internet tienen un costo ambiental durante su fabricación, el consumo energético que implica su uso y hasta en el momento de su desecho.

De 2017 a 2018, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), hubo un nuevo récord de emisión de GEI: el CO2 alcanzó las 407.8 partes por millón (ppm) en 2018 (1).

De hecho, aunque el mayor volumen de emisión de GEI no proviene de las acciones del día a día de la mayoría de la población, saber nuestro impacto ambiental es una herramienta a favor para ser parte del cambio de conciencia y tomar acción.

Con seguridad has escuchado hablar sobre la huella de carbono. Aquí te explicamos qué es, por qué es importante esta medida y de qué manera nos ayuda a tener más conciencia sobre el impacto ambiental que provocamos. 

Si te interesa participar, da clic aquí para que exijamos políticas públicas que privilegien un futuro ecológico para nuestro bienestar y el del planeta. 

Huella de carbono: definición y propósito

Entre los gases de efecto invernadero, el que tiene un impacto más penetrante es el dióxido de carbono (CO2), ya que permanece en la atmósfera por cientos de años y todavía más tiempo en los océanos (1).

El CO2 es el mayor responsable de la huella de carbono.  Sus emisiones deben reducirse, lo que ha sido la exigencia principal en protestas de distintos países. © Ruben Neugebauer / Greenpeace.
El CO2 es el mayor responsable de la huella de carbono. Sus emisiones deben reducirse, lo que ha sido la exigencia principal en protestas de distintos países. © Ruben Neugebauer / Greenpeace.

Los siguientes GEI más importantes por su permanencia en la atmósfera y el daño que provocan en altas cantidades son el metano y el óxido nitroso. Desde 1990 hasta 2019, estos GEI han provocado un aumento del 43% en el forzamiento radiativo total (diferencia entre la radiación solar que absorbe la Tierra y la que libera de vuelta a la atmósfera) que, a su vez, eleva las temperaturas de los climas terrestres (1).

Por su parte, el CO2 ha contribuido con el 80% al incremento del forzamiento radiativo, según datos de la OMM. El CO2 es el principal GEI de larga duración y que, además, está relacionado con actividades humanas.

La concentración de CO2 en 2018 fue de 407.8 ppm, lo que equivale al 147% más del nivel obtenido en la época preindustrial (1750) (1).

En este sentido, la huella de carbono es una métrica ambiental que calcula la totalidad de las emisiones de GEI generadas, directa e indirectamente, por una persona, un grupo, una organización, empresa o incluso un producto o servicio (2).

La huella de carbono se mide en masa de CO2 equivalente (CO2e o CO2eq). Se usa así porque el CO2 es el gas más abundante entre los GEI y se utiliza como referencia en la medición del resto de los elementos.

La importancia de conocer la huella de carbono radica en la posibilidad de saber con más certeza la manera en que los GEI contribuyen al calentamiento global y aceleran el cambio climático. 

Además, esta huella ha sido esencial para la implementación de medidas locales, regionales e internacionales; por ejemplo, el Acuerdo de París, que entró en vigor en 2016 y fue desarrollado en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

En esencia, el Acuerdo de París pretende intensificar acciones e inversiones para reducir las emisiones de GEI a nivel mundial. Otra aplicación del cálculo de la huella de carbono está en los inventarios de gases de efecto invernadero, que contabilizan las emisiones equivalentes a un año calendario.

En términos individuales, conocer la huella de carbono que generamos ayuda a emprender acciones cotidianas que disminuyan las emisiones. Es necesario tener conciencia de esto para contribuir a un futuro más sostenible.

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¿Cómo se cuantifica la huella de carbono?

Ya dijimos que la unidad de medida de la huella de carbono es el dióxido de carbono equivalente (CO2e). Esta unidad, a su vez, se cuantifica por medio de toneladas o gigagramos (equivalente a 1000 toneladas). 

Algunas industrias y sus productos generan una elevada huella de carbono,  como es el caso del sector automovilístico. © Sungwoo Lee / Greenpeace.
Algunas industrias y sus productos generan una elevada huella de carbono, como es el caso del sector automovilístico. © Sungwoo Lee / Greenpeace. © Greenpeace / Sungwoo Lee

Si bien no existe una única medición de la huella de carbono, sí existen enfoques específicos para aproximarse a su cálculo. Las seis perspectivas principales siguen metodologías y normas internacionales (3):

  1. Corporativa: se mide la huella de carbono de una organización, generalmente por un año, para un mejor aprovechamiento de los recursos. Esta perspectiva se utiliza regularmente para redactar reportes o informes dentro de la comunicación del desempeño de una empresa ante el cambio climático.
  2. Ciclo de vida de un producto o servicio: se miden las emisiones de GEI de mercancías o servicios en toda su cadena de producción y, a veces, hasta en su consumo o desecho final. Ha tenido mucho impacto en Europa y Japón, y se ha extendido cada vez a más países.
  3. Personal: aquí se evalúan las emisiones de GEI directas e indirectas de un individuo en un lapso específico. Se requiere conocer los hábitos de consumo y posesiones de una persona para calcularlo. Si quieres saber cuál es tu huella de carbono, te invitamos a explorar nuestra plataforma.
  4. En eventos: se contabiliza la huella de carbono durante la planificación y realización de algún evento (desde el uso de energía y transporte hasta la preparación de alimentos o la papelería). Con frecuencia, sirve para emprender acciones que compensen las emisiones y así certificarse como un “evento carbono neutro”.
  5. Territorial: se miden las emisiones de GEI en un área específica, limitada geográfica o políticamente. Funciona para determinar el impacto global del cambio climático en un área y emprender planes de mitigación.
  6. Por industria: evalúa la huella de carbono de un sector productivo particular. Esto representa la oportunidad de optimizar recursos y el uso de materias primas, lo que ofrece ventajas competitivas y un impacto ambiental más controlado.

Aunque cada enfoque de evaluación de la huella de carbono tiene objetivos específicos, todos comparten la implementación de medidas para reducir las emisiones de GEI.

Así, la determinación de la huella de carbono puede ayudar de manera comunitaria, local, regional o global, según el enfoque que se siga. De esta manera, se pueden gestionar mejor las medidas de mitigación y reducción de GEI.

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En México… ¿de cuánto es nuestra huella de carbono?

En México, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), un órgano público descentralizado que forma parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), realiza el Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero (INEGyCEI).

El INECC se encarga de diseñar, dirigir y evaluar políticas públicas que conlleven a la protección del ambiente y la mitigación del cambio climático (4).

Esta disposición se encuentra reglamentada en el artículo 74 de la Ley General de Cambio Climático (LGCC), decretada en 2012, la cual también estipula, en su capítulo VIII, que tanto personas físicas y morales deben reportar información, datos y documentos sobre sus emisiones de GEI, y en su caso, acciones de mitigación y reducción (artículos 87 a 90).

La producción de energía es una de las industrias que más emite GEI.  La apuesta por las energías renovables pretende reducir este impacto. © Gustavo Graf / Greenpeace.
La producción de energía es una de las industrias que más emite GEI. La apuesta por las energías renovables pretende reducir este impacto. © Gustavo Graf / Greenpeace. © Greenpeace / Gustavo Graf

De acuerdo con el INEGyCEI, en 2018, las industrias de la energía en México liberaron casi 210 millones de toneladas de CO2e, lo que convierte a esta fuente en la más contaminante. De esa cantidad, la subfuente de producción de electricidad y calor generó 165.7 millones de CO2e.

Si quieres enterarte de cómo puedes reducir tu consumo de energía, no dejes de leer: 
“¿Cómo puedo ahorrar energía y ayudar al medio ambiente?”.

Al sector de la energía le siguen los transportes como fuente más contaminante (alrededor de 175 millones de toneladas de CO2e), los sectores de la manufactura y construcción (poco más de 55 millones de toneladas), y otros rubros, en los cuales se encuentra la actividad agropecuaria y las emisiones residenciales.

En total, México emitió en 2018 casi 476 millones de toneladas de CO2e, de las cuales el 99% corresponde a CO2, el 0.6% al metano (CH4) y 0.4% al óxido nitroso (N2O), según INEGyCEI.

El total de emisiones de dióxido de carbono colocó a nuestro país en el duodécimo (12º) lugar mundial en 2018, de acuerdo con el Global Carbon Atlas, lo que además lo convirtió en el país latinoamericano más contaminante en este sentido, incluso por encima de Brasil. 

Los  primeros cinco lugares del ranking mundial superan las mil millones de toneladas de CO2, y son: China (10 mil millones), Estados Unidos (5 mil 400 millones), India (2 mil 600 millones), Rusia (mil 700 millones) y Japón (mil 100 millones), según el Global Carbon Atlas. 

Esto quiere decir que las emisiones de México ¡son apenas el 5% aproximadamente de las de China! Con estas cifras tan elevadas, queda claro por qué es importante la huella de carbono para emprender acciones de mitigación y reducción.

En Greenpeace sabemos que mucha gente, como tú, se preocupa por generar acciones en beneficio del cuidado ambiental, sin embargo, también es muy necesario que los gobiernos ayuden a implementar medidas con este propósito. Por eso te invitamos a firmar esta petición para exigir mejores políticas proambiente.

¿Huella de carbono o huella ambiental?

Es importante mencionar que, a la par de la preocupación por un futuro sostenible y más amigable, han aumentado las investigaciones, metodologías, herramientas y los conceptos, que ayudan a cumplir este objetivo.

Por ello, a veces encontramos términos similares como huella de carbono y huella ambiental y, aunque a primera vista podrían referir al mismo fenómeno, lo cierto es que no deben usarse de forma indistinta.

En la última década, la Unión Europea trabajó en un indicador multicriterio para medir las prácticas de la economía circular y así calcular y comunicar su comportamiento ambiental (5). De ahí nacieron los términos de “huella ambiental de producto” y “huella ambiental de organización”. 

La huella ambiental tiene como objetivo evaluar el costo que tiene una mercancía en todo su ciclo de vida respecto del ambiente y las actividades de organizaciones para adoptar medidas mitigantes y de reducción.

A pesar de que suenan parecidas, mientras que la huella de carbono cuantifica las emisiones de GEI con un enfoque en el cambio climático, la huella ambiental comunica una visión global del impacto que tiene un producto u organización en el entorno (5).

¿Te preocupa emprender acciones más amigables con el ambiente? 
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¡Usa la huella de carbono a tu favor!

En el enfoque personal de la huella de carbono se evalúan las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por una persona de manera directa o indirecta. Para realizar esta métrica, se necesita conocer los hábitos de consumo del individuo.

En los últimos años, diversas instituciones han desarrollado herramientas que te ayudan a conocer un estimado de las emisiones de GEI que generas con tus actividades. De hecho, en Greenpeace, tenemos una calculadora para que sepas este dato. Entra y mide tu huella de carbono

La huella de carbono generada por la producción y el consumo de carne es muy elevada.  De ahí el llamado a reducir su ingesta de manera urgente. © Tommaso Galli / Greenpeace.
La huella de carbono generada por la producción y el consumo de carne es muy elevada. De ahí el llamado a reducir su ingesta de manera urgente. © Tommaso Galli / Greenpeace.

Informarte sobre tu huella de carbono te permitirá estar más consciente del impacto ambiental que tienen tus acciones para tomar las medidas adecuadas con el fin de reducirla, También es importante motivar a tus familiares y amigos a que se encaminen a un futuro más verde.

Algunas ideas muy sencillas para reducir tu huella de carbono son (6):

  • Utiliza menos tu secadora de ropa: así reduces la cantidad de CO2 que emiten estos aparatos y la electricidad que consumen.
  • No dejes conectado tu cargador del celular: los cargadores de corriente consumen energía aunque no estén conectados a tu teléfono, tal como cualquier aparato que permanezca enchufado aunque esté apagado. Una buena alternativa es una barra multicontacto.
  • Revisa tu refrigerador: si lo limpias, quitas el exceso de bolsas y empaques que ya no necesitas, y ayudas a que tu electrodoméstico consuma un poco menos de energía para enfriar.
  • Reduce la carne: las actividades ganaderas son uno de los grandes emisores de GEI. Si todos consumiéramos menos, haríamos una diferencia enorme para disminuir su impacto.

Por supuesto existen más medidas que puedes tomar, dependiendo de tu estilo de vida, como usar eficientemente el aire acondicionado y la calefacción, evitar el auto y buscar alternativas de transporte, reducir los vuelos en avión y plantar árboles endémicos (7).

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Por eso es urgente que se emprendan acciones más allá de lo personal, para alcanzar impactos nacionales, regionales y globales, con el objetivo de reducir de manera importante la huella de carbono en el mundo.

Nuestra elevada huella de carbono acelera el calentamiento global en detrimento de los ecosistemas. Los corales son uno de los organismos que más ha sufrido este impacto. © Víctor Huertas / Greenpeace.
Nuestra elevada huella de carbono acelera el calentamiento global en detrimento de los ecosistemas. Los corales son uno de los organismos que más ha sufrido este impacto. © Víctor Huertas / Greenpeace. © Victor Huertas / Greenpeace

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) alertó que solo si cada año se disminuyen 7.6% de las emisiones de GEI entre 2020 y 2030 será posible alcanzar la meta del Acuerdo de París sobre limitar el calentamiento global a 1.5 ºC (8).

Si este calentamiento alcanza los 2ºC se estima que, prácticamente, todos los arrecifes de coral desaparecerán, habrá una afectación grave a los insectos que polinizan y es probable que se pierdan de forma masiva varios hábitats (8).

En Greenpeace, reconocemos la relevancia de convertir medidas personales en políticas públicas. Súmate a esta petición para que los gobiernos orienten de mejor forma sus administraciones para transitar a un modelo de consumo responsable. Con ello, contribuiremos a que se reduzca la huella de carbono y construiremos juntos un futuro más sustentable.

Referencias

  1. OMM. La concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera alcanza un nuevo récord. Organización Meteorológica Mundial (OMM), 2019. Consultado el 17 de noviembre de 2020.
  2. La Ruta del Clima Asociación. Webinar: Introducción a la huella de carbono (video en YouTube). La Ruta del Clima Asociación, 2016. Consultado el 17 de noviembre de 2020.
  3. Ministerio del Medio Ambiente de Chile. Huella de carbono. Ministerio del Medio Ambiente de Chile, s/f. Consultado el 17 de noviembre de 2020.
  4. INECC. Conoce al INECC. Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), s/f. Consultado el 17 de noviembre de 2020. 
  5. Ricardo Estévez. La huella ambiental, camino hacia la Economía Circular. Ecointeligencia, 2017. Consultado el 17 de noviembre de 2020.
  6. National Geographic. 10 formas de reducir tu huella de carbono. National Geographic en español, s/f. Consultado el 17 de noviembre de 2020.
  7. Twenergy. Cómo reducir la huella de carbono: ejemplos prácticos. Twenergy, 2019. Consultado el 17 de noviembre de 2020.
  8. ONU. Procrastinar en la acción climática nos aleja cada vez más de salvar al planeta. Noticias ONU, 2019. Consultado el 17 de noviembre de 2020.