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El fin de año ya está aquí y, con ello, vienen distintas tradiciones para gran parte de la población mexicana y el mundo. Esto, sin embargo, implica en la mayoría de los casos, un ejercicio de consumo desmedido en varios rubros. 

Aunque este año pinta para celebraciones más discretas, la asociación de las fiestas decembrinas con el consumismo sigue presente: cenas fastuosas, regalos al por mayor y decoraciones e iluminación contaminantes son algunas de las insignias de estas fechas. 

Aunque la pandemia por el virus SARS-CoV-2 ha sido, sin duda, una de las principales preocupaciones de las agendas nacionales e internacionales, no debemos olvidar que hay muchos otros problemas globales, como los daños ambientales provocados por nuestros estilos de vida consumistas, que también deben atenderse. 

El Panel Internacional de Recursos de la ONU calcula que con el ritmo actual, en el año 2060 el uso global de recursos llegaría a las 190 mil millones de toneladas, contra las 92 mil millones usadas en 2017 (1). 

El cambio climático, la contaminación excesiva, la extinción de especies y la destrucción de ecosistemas están ligados, de tal forma que se pone en riesgo la propia habitabilidad de nuestro planeta. 

Como individuos, tenemos la responsabilidad de orientar nuestras acciones de forma que su impacto ambiental se reduzca. En ese sentido, el consumo responsable es una opción no solo para las fiestas decembrinas, sino también para nuestro estilo de vida.

En estas fechas donde cerramos ciclos, nos reunimos (¡con distancia física y por medio de videollamadas!) para celebrar y agradecer, es importante que consideremos varios puntos con la idea de no dejar de contribuir ni un solo momento al cuidado del ambiente. 

En Greenpeace México nos importa la vida en la Tierra. Por eso creemos que las políticas locales también deben hacer su parte para facilitar un consumo responsable. Te invitamos a firmar la petición para exigir que esto sea una realidad.

¿Cómo aplicar un consumo responsable?

El consumo responsable se construye al replantearnos la manera en que satisfacemos nuestras necesidades, con el objetivo de perfilar una sociedad más justa y un modelo sostenible, en el cual el impacto en el planeta sea mucho menor.

Un consumo responsable exige un cambio en las prácticas de consumo para, entre otros propósitos, evitar una mayor devastación de los ecosistemas. © Noel Guevara / Greenpeace.
Un consumo responsable exige un cambio en las prácticas de consumo para, entre otros propósitos, evitar una mayor devastación de los ecosistemas. © Noel Guevara / Greenpeace.

Para lograr un consumo responsable se deben elegir formas alternativas de producción, distribución y desecho. En este sentido, se engloban prácticas en diferentes niveles: personal, organizacional, institucional y político, según su alcance (2).

Sobre el aspecto personal, hablar de consumo responsable implica un cambio en el estilo de vida, la adopción de prácticas que mejoren el consumo y reduzcan la compra de productos y bienes que realmente no son necesarios. En este punto es importante cuestionar todo lo construido en torno al consumo (2).

Dos pilares fundamentales del consumo responsable son el cuidado del ambiente y la justicia social; a partir de esas bases debemos construir.

El consumo responsable surgió con el crecimiento de varios movimientos sociales como el pacifismo, la economía social y solidaria, la organización vecinal y barrial, el vegetarianismo, la cooperación al desarrollo, los esfuerzos antiglobalización, entre otros (2).

Estos se desarrollaron frente a un entorno basado en el modelo de consumo exagerado, sin freno, que propició un impacto sin precedentes, no solo en la explotación de recursos naturales (que conlleva la destrucción de ecosistemas y una contaminación masiva de suelos, aire y aguas), sino también en la estructuración social. 

El consumismo, esa necesidad desaforada de adquirir, reemplazar y desechar, se exacerbó con la ayuda de la publicidad, una clase media en aumento y el desarrollo de aspiraciones sociales que son distribuidas en masa a través de los medios (2).

A veces, queremos ser parte de un cambio, pero no sabemos cómo empezar. ¡No te preocupes! Haz clic aquí y entérate de algunos tips sencillos para proteger el ambiente.

Respecto al impacto social, cabe señalar que las desigualdades también se presentan en el consumismo. En Estados Unidos, el promedio per cápita de recursos naturales consumidos diariamente es de 90 kilos; en Europa ronda los 50, mientras que en África es tan solo de 10 (3).

Por otra parte, Europa importa por persona al año tres toneladas de recursos. Así, ese continente se beneficia de la mayor transferencia de recursos desde países que consumen menos, lo cual evidencia la terrible injusticia en la distribución de recursos y el impacto ambiental en distintos lugares del mundo (3).

Esta desigualdad se replica, por supuesto, en las contribuciones de gases de efecto invernadero. De acuerdo con Oxfam, el 52% de las emisiones en la atmósfera entre 1990 y 2015 provino del 10% más rico de la humanidad. Esto también evidencia que dentro de cada país, la desigualdad económica provoca distintos impactos ambientales.

Según el Earth Overshoot Day, un cálculo que se realiza con base en varias métricas, el 22 de agosto de 2020 fue la fecha en que se terminaron los recursos (contados desde el 1º de enero) que se pueden regenerar en un año.

Todo lo anterior son más razones para transitar hacia un consumo responsable e invitar a nuestros familiares y amigos a adoptar medidas que reduzcan y mejoren su consumo. Sin duda, los pequeños cambios cuentan mucho.

En este fin de un año tan diferente para todo el mundo, podemos comenzar a transformar nuestros hábitos y reducir nuestro impacto en el planeta. ¡Súmate a la petición que formulamos para exigir a los gobiernos locales actuar en beneficio de las prácticas de consumo responsable!

Las fiestas decembrinas y el consumo

En México, como en muchas otras partes del mundo, diciembre es un mes en el que las celebraciones con familia, amigos y compañeros disparan nuestros niveles de consumo, por lo que la mercadotecnia se ocupa de explotar todos sus recursos para que adquiramos bienes y servicios de distintas marcas. 

Las fiestas decembrinas y el fin de año son excelentes temporadas para que el consumo se dispare y las ofertas pululen, pero antes de comprar, reflexiona sobre tus necesidades.  © Nathalia Angarita / Greenpeace.
Las fiestas decembrinas y el fin de año son excelentes temporadas para que el consumo se dispare y las ofertas pululen, pero antes de comprar, reflexiona sobre tus necesidades. © Nathalia Angarita / Greenpeace.

Según el Informe de Consumo y Cambio Climático de Greenpeace México y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), próximo a publicarse, noviembre y diciembre es el tercer periodo del año en el que se registra un crecimiento significativo en el consumo de las y los mexicanos. 

Desde 2011, noviembre ha destacado con la implementación del llamado Buen Fin, una adaptación del conocido Black Friday estadounidense.

Así pues, en menos de una década, el Buen Fin se ha posicionado, de tal manera que 9 de cada 10 encuestados mexicanos expresaron, previo a su edición en el año 2020, su intención de comprar algo durante el evento, según una encuesta de Kantar México

La Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) informó que el Buen Fin 2020 alcanzó ventas por 25 mil millones de pesos en la Ciudad de México, 4.3% más que en 2019 (4).

De acuerdo con el Indicador Mensual de Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las ventas, y con ello el consumo, se incrementan en diciembre. 

Eso se puede explicar por dos factores: las festividades y la recepción de ingresos adicionales de muchos trabajadores, como aguinaldos, bonos de fin de año o estímulos diversos, de acuerdo con un estudio de Greenpeace México y el ITESO próximo a publicarse.

Las fiestas decembrinas son una temporada perfecta para propiciar el consumismo. La cena de Navidad, las reuniones, las posadas y los intercambios incrementan el consumo de carne, alcohol, ropa, calzado, así como de cientos de otros artículos que se obsequian. 

En un informe de Greenpeace México y el ITESO, próximo a publicarse, en 2019, los mexicanos gastaron aproximadamente 32% de sus ingresos para la cena de Navidad.

En este informe detectamos que el consumo masivo ha ganado terreno en el país sobre todo por tres factores: las eficientes estrategias publicitarias que alimentan el deseo y la falsa necesidad, el sistema de crédito que amplía el poder adquisitivo y la producción de artículos bajo la línea de la obsolescencia programada.

En Greenpeace México estamos comprometidos con que la sociedad reduzca su consumo en general y encuentre mejores formas de implementarlo. La plataforma de Consumo Responsable es un esfuerzo por ofrecerte información de calidad y recomendaciones para reducir y mejorar tus prácticas

El impacto ambiental del fin de año

Por supuesto, la Navidad es una celebración que invita a reunirnos con nuestros familiares y amigos cercanos y convivir en un momento de esparcimiento y alegría. Sin embargo, el consumismo la ha convertido en un imperativo de consumo desmedido: es decir, que para festejar mejor, necesitamos gastar a lo grande.

Esto trae como consecuencia un impacto mayor en el ambiente por la utilización de recursos, el consumo de energía y la generación de desechos. Los siguientes datos te pueden dar una idea de lo que el consumismo acarrea en la naturaleza. 

¿Sabías que es posible producir energía en nuestros hogares? Una opción más para contribuir con el cuidado del ambiente. Entérate de más en este enlace.

La huella hídrica del país, es decir, su consumo de agua, es uno de los temas poco difundidos, aunque en la última década hemos ocupado un lugar entre los 10 países que más extrae agua al año, con cifras como 80 km3 anuales (¡80 billones de litros!).

Pregúntate antes de comprar, ¿qué tan necesario es esto?  Reduce tu consumo y desechos en estas fiestas decembrinas. © Greenpeace.
Pregúntate antes de comprar, ¿qué tan necesario es esto? Reduce tu consumo y desechos en estas fiestas decembrinas. © Greenpeace.

Entre los años 1996 y 2005, el 92% de la huella hídrica per cápita en el país tuvo su origen en el consumo de productos agropecuarios, el 5% correspondió al consumo doméstico y el 3% restante a productos industriales (5).

No es difícil imaginar que para 2020 estas cifras hayan ido en aumento, lo que pone en riesgo la disponibilidad de agua para las y los mexicanos. En conjunto, con el consumo de recursos naturales, México tenía ya para 2014 un déficit ecológico de 1.4 hectáreas globales, lo que quiere decir que utilizamos muchos más recursos de los que disponemos en el país (5).

En ese sentido, no necesitamos incrementar nuestro consumo en Navidad y sí debemos cambiar nuestras prácticas para hacer nuestra parte. Por ejemplo, en diciembre la compra de cerveza aumenta en México, y tan solo este mes representa el 11% del consumo anual (6).

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) calcula que para producir un litro de cerveza se necesitan 300 litros de agua.

Tan solo este aumento en el consumo de cerveza representa un alto impacto en la huella hídrica y en la de carbono, debido a su proceso de elaboración y distribución. Ahora piensa en todas las demás bebidas y alimentos clásicos de la temporada.

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) estima que durante diciembre el consumo de energía eléctrica en los hogares aumenta un 30% debido a las festividades, vacaciones y decoraciones navideñas, según un estudio próximo a publicarse por Greenpeace México y el ITESO. 

Este alto consumo de energía contribuye a ensanchar nuestra huella de carbono en un país donde los hidrocarburos siguen siendo la mayor fuente de energía. Otro problema que se intensifica durante las fiestas decembrinas es la generación de residuos.

El informe preparado por Greenpeace México y el ITESO, de próxima publicación, revela que en diciembre aumentan en 30% los residuos sólidos en comparación con el resto del año.

Tan solo en la capital, Ciudad de México, la producción de desechos per cápita crece de 1.5 a 4 kilos, lo que suma aproximadamente 4 mil toneladas diarias a las casi 13 mil que se generan en promedio durante los otros meses, según consta en el informe.

Como puedes ver, bastan solamente algunos ejemplos para entender por qué la Navidad tiene un lado negativo para el planeta y por qué es importante que tomemos medidas para combatir estos aspectos.

Si te interesa saber qué engloba la huella de carbono y en qué se diferencia de otras medidas ambientales, este artículo es para ti. ¡Además podrás calcular tu propia huella!

Hacia un consumo responsable en Navidad

Sabemos que es difícil cambiar los hábitos. Aún más lo es dejar atrás la idea de que la Navidad es consumismo, ya que esto ha sido fuertemente impulsado por las empresas, pero no es imposible vivir la Navidad de una forma más responsable y creativa.

Donde la celebración se comparta con la gente amada y sea un tiempo para reflexionar y valorar lo que tenemos, aún más en un contexto de crisis mundial (sanitaria, social y económica) por la pandemia.

Aquí te dejamos algunas recomendaciones y consejos para reducir tu consumo y mejorarlo en esta temporada. Estamos seguros de que la satisfacción de celebrar con un impacto personal menor será grande y te motivará a continuar con un consumo responsable de aquí en adelante.

Por supuesto que es posible un consumo responsable durante la Navidad,  ¡solo requiere un poco de esfuerzo y todo tu compromiso! © Jed Delano / Greenpeace.
Por supuesto que es posible un consumo responsable durante la Navidad, ¡solo requiere un poco de esfuerzo y todo tu compromiso! © Jed Delano / Greenpeace. © Greenpeace / Jed Delano
  1. La cena de Navidad: para comer rico, no es necesario gastar mucho ni surtirse por completo en los supermercados. Adquiere productos locales, si es posible, de bajo impacto ecológico o que provengan de una práctica de agroecología.

    ¡Evita la carne! Sabemos que para la inmensa mayoría de las familias es un componente principal de las cenas navideñas. No pasa nada si reduces tu consumo o de plano lo eliminas. ¡Existen opciones deliciosas sin carne! Algunas recetas están a un clic de distancia

    No olvides que la ganadería industrial es una de las actividades que más dañan el ambiente con enormes huellas hídrica y de carbono. 
  1. El árbol y los adornos navideños: entendemos que es bonito tener un arbolito y colocarle esferas, luces, adornos y lo que tu creatividad te permita. Sin embargo, también es válido buscar otras opciones para fabricar tu propio arbolito.

    Y para adornarlo, ¡hazlo tú mismo/a! Si ya tienes algunos objetos, reúsalos, ¡siempre habrá una forma distinta de aprovecharlos!
  1. Los regalos y las envolturas: esta época se caracteriza por un deseo de regalar distintas cosas, ya sea por tradición o verdadero cariño y agradecimiento. Están también, por supuesto, los obsequios a los niños. 

    En esta parte, intenta reducir tu gasto, regalar y busca opciones de comerciantes locales, evita las envolturas (¡los empaques ya son suficientes desechos!) o trata de sustituir el intercambio por otra actividad, como un juego de mesa o una actividad en equipos. Recuerda que las experiencias también son un gran regalo, pero si lo prefieres, consulta nuestro directorio de negocios de consumo responsable.
  1. La ropa: otro de los gastos comunes en la temporada es la adquisición de nuevas prendas y calzado. Antes de correr a las baratas y descuentos, pregúntate qué es realmente lo que necesitas.

    Intenta renovar y reparar tu ropa, donarla o revisar bazares de segunda mano, ¡siempre hay opciones para que estrenes sin que te unas a las filas del consumismo!
  1. Planificación: olvídate de improvisar. Si planeas tus compras, es más fácil que puedas reflexionar sobre lo que realmente es necesario y lo que es un gasto superfluo. 

    Las compras de última hora generalmente acaban en derroche y significan muchas menos opciones locales o de comercio justo. Si lo haces con tiempo, puedes encontrar mejores productos y evitar el consumo innecesario.

    En el caso de la cena, es importante planificarla bien para evitar el desperdicio de comida. Te recomendamos recurrir al recalentado para consumir el resto de las preparaciones y disfrutar de un momento más con tu familia.

¡Cambia el paradigma de la Navidad! Quita del centro lo material y ejerce un consumo responsable en esta temporada. 

Después de todo, piensa que las fiestas decembrinas deben enfocarse más en el afecto y la buena compañía que en lo material y lo atiborrados que terminemos después de una cena. El beneficio de reducir nuestro consumo será impagable.

Por último, para esta temporada, pero en realidad para cualquier momento de compra, puedes hacerte algunas de estas preguntas básicas: 

  • ¿Realmente lo necesito?
  • ¿Puedo compartirlo?
  • ¿Quién lo ha hecho? ¿Cómo se hizo? ¿En qué condiciones?
  • ¿Cómo ha llegado a mi ubicación?
  • ¿Puede llegar a reutilizarse? ¿A repararse, si es necesario?
  • ¿Puede renovarse o reciclarse?
  • ¿Cuánto dura? ¿Qué otras opciones hay?
  • ¿No tengo nada parecido en casa? ¿O que pueda conseguir de segunda mano o prestado?
  • ¿El producto cumple con los requerimientos de las autoridades ambientales y sanitarias?
  • ¿Qué impacto ambiental supone su compra?
  • ¿De qué manera aporta a la comunidad en que fue fabricado?

La industria de la moda contamina significativamente al planeta e incentiva malas prácticas éticas. Aprende sobre esto en nuestra publicación dedicada a la fast fashion.  

En Greenpeace creemos que la información es una herramienta muy valiosa. Así, una ciudadanía empoderada puede tomar mejores decisiones sobre sus bienes, alimentos y servicios, y de esta forma transitar hacia un consumo responsable. Si te interesa que los gobiernos locales busquen la forma de garantizar una reducción del consumo acelerado o consumismo, no olvides sumarte a nuestra petición.

Referencias

  1. ONU. La ONU pide un replanteamiento económico urgente por el aumento acelerado de la explotación de recursos. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), ONU, 2019. Consultado el 17 de diciembre de 2020.
  2. Economía solidaria. Navegando por el consumo responsable.  Economía solidaria, 2020. Consultado el 17 de diciembre de 2020.
  3. Friends of the Earth Europe, Global 2000, SERI. ¿Consumimos demasiado? Cómo utilizamos los recursos naturales en el planeta. Friends of the Earth Europe, s/f. Consultado el 17 de diciembre de 2020.
  4. Camila Ayala Espinosa. Ventas por el Buen Fin 2020 en CDMX registraron los 25,000 millones de pesos: Canaco. El Economista, 2020. Consultado el 17 de diciembre de 2020. 
  5. Sistema Nacional de Información Ambiental y de Recursos Naturales. Población y Medio Ambiente. Gobierno de México, s/f. Consultado el 17 de diciembre de 2020.
  6. Luis Fernando Lozano. Mexicanos beben más cerveza en las posadas que en verano. Forbes México, 2019. Consultado el 17 de diciembre de 2020.