¿Sabías que el cambio climático tiene un vínculo con el tipo de alimentación que tenemos? Lo que pocos saben es que la industria de la carne y los lácteos es uno de los factores más relevantes en la crisis climática actual: lo que comes está dañando al planeta.
En México, más de 500 mega granjas porcinas amenazan a la selva maya. La industria de la carne está deforestando grandes extensiones de selva, contaminando el agua de los cenotes y poniendo en riesgo la biodiversidad única de la región.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la ganadería genera más emisiones de gases de efecto invernadero que todo el transporte mundial junto, con un 14.5% del total global.
Otras estimaciones, como el informe Livestock and Climate Change, elevan esa cifra hasta el 51% al considerar también los subproductos animales. De acuerdo con el reporte Menos es Más de Greenpeace, la producción de carne de res es especialmente intensiva, ya que requiere 28 veces más tierra que otras fuentes de proteína como el cerdo, el pollo o los huevos.
¿Cuánto contamina el consumo de carne?
Esta demanda de recursos acelera la deforestación, en particular en regiones como América Latina. Cifras de la FAO señalan que en los últimos 25 años, se perdió una superficie boscosa equivalente al tamaño de la India, gran parte de ella destinada a la expansión de pastizales para ganado.
El consumo de carne tiene un alto costo ambiental, porque esta transformación del suelo no solo fragmenta hábitats, sino que también libera grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera. Actualmente, la FAO estima que existen más de 28 mil millones de cabezas de ganado en el mundo, una cifra que representa una enorme presión sobre los ecosistemas .
La destrucción de estos ecosistemas no solo contribuye al cambio climático al liberar enormes cantidades de dióxido de carbono, sino que también provoca la pérdida de biodiversidad a gran escala.
En México, el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen del sector ganadero, en un contexto donde el consumo de productos animales aumentó drásticamente tanto en zonas urbanas como rurales.

Por si esto fuera poco, cada año, cerca del 17% de los alimentos disponibles para el consumo terminan en la basura, lo que equivale a unos mil millones de toneladas. Solo este desperdicio es responsable de más del 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Las mega granjas están envenenando sus ríos y arrancando su vida. Alza la voz por quienes no pueden hacerlo.
Firma la petición¿Cómo lograr una alimentación saludable y sostenible?
Lo anteriormente expuesto demuestra que tanto la producción como el consumo ineficiente de carne y otros alimentos tienen un fuerte impacto ambiental. Por ello, es urgente encontrar varias formas para lograr una alimentación saludable y sostenible.
Adoptar una alimentación saludable y sostenible implica reducir gradualmente el consumo de carne, lácteos y productos de origen animal. Desde Greenpeace recomendamos limitar el consumo semanal de carne a 300 gramos por persona, lo que contribuiría a disminuir significativamente la producción ganadera y sus impactos ambientales.
Para lograrlo, se pueden incorporar pequeños cambios como sustituir la leche de vaca por bebidas vegetales, elegir opciones sin carne al comer fuera y establecer uno o dos días a la semana sin consumo de carne ni lácteos.

Existen modelos de alimentación que combinan salud y sustentabilidad, como la dieta planetaria, que promueve una alta ingesta de alimentos de origen vegetal y cantidades limitadas de carne, alimentos procesados y azúcares añadidos.
Otro ejemplo es la dieta de la milpa, basada en ingredientes tradicionales como maíz, frijol, calabaza y chile, que ofrece una opción culturalmente adecuada y rica en nutrientes. Adoptar este tipo de hábitos puede tener beneficios importantes para tu salud y para la del planeta donde habitas..
No podemos quedarnos de brazos cruzados. Cambia lo que comes por una dieta sostenible, pero también exige a las empresas un modelo de producción justo, sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
Las mega granjas son una amenaza latente contra el medio ambiente. Estas instalaciones contribuyen significativamente al cambio climático al liberar grandes volúmenes de gases como el metano. Además, la demanda de alimento para estos animales impulsa la deforestación, lo que reduce la capacidad de los ecosistemas para absorber carbono.
Está en nuestras manos impulsar ese cambio hacia un modelo más justo y en armonía con el planeta. ¡Súmate a la defensa de la Selva Maya!
